SANTA ROSA DE LIMA, PATRONA de la PUCP,
Y SU FIDELIDAD A LA IGLESIA
COMO CATALINA DE SIENA
La Santa, patrona de tantos lugares e instituciones, también lo es en la Pontificia Universidad Católica del Perú. El Decreto de la Cancillería de Lima (167/PUCP/97), firmado por el Cardenal Augusto Vargas de 23 de julio de 1997 lo recuerda: Teniendo en cuenta que Santa Rosa de Lima es patrona de la indicada Universidad y es conveniente afirmar el sentido católico de su quehacer académico y docente, en consonancia con su origen y con la intención de su fundadores; con el parecer favorable del V. Cabildo disponemos desígnase la Capilla de Santa Rosa de Lima de la Basílica Catedral de Nuestra Arquidiócesis, como sede donde la PUCP podrá celebrar los acatos académicos que correspondan, de acuerdo a la intención y espíritu que debe animar tales actos". En el campus se levantó una capilla con la imagen de Santa Rosa que perpetúa este sencillo homenaje; la pequeña escultura se encuentra frente a la puerta principal de Maestranza.
A medida que avanza el mes de agosto, se incrementan las visitas de los devotos de Santa Rosa al santuario dedicado a ella como patrona de América en la Avenida Tacna de Lima. El Arzobispado de Lima pone a disposición de todos los fieles una página web especial en honor a la Patrona de América, las Indias y Filipinas. -www.arzobispadodelima.org/santarosadelima- en el que las personas podrán encontrar datos biográficos, imágenes, documentos, artículos, enlaces y toda la información de interés sobre la vida de la santa peruana y su influencia en el mundo católico. También se podrá encontrar plegarias y oraciones, así como la novena de preparación para la festividad central que se realiza el 30 de agosto en todo el Perú. Asimismo, y siguiendo las experiencias de años anteriores, este año también se ha habilitado un buzón virtual:santarosa.correo@gmail.com donde los fieles podrán escribir y enviar sus peticiones e intenciones, las cuales serán impresas y depositadas en el pozo de los deseos ubicado en el Santuario de Santa Rosa de Lima, días antes de la solemnidad.De igual forma, existe una cuenta de facebook oficial dedicada a Santa Rosa de Lima:www.facebook.com/santarosadelima.
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Si algo quiso ser nuestra universal santa limeña fue imitadora de Cristo siguiendo el ejemplo de Santa Catalina de Siena. Y si algo destaca en la primera doctora de la Iglesia fue su pasión por la Iglesia. Justo en un momento en que la institución vivía uno de los mayores dramas de su historia, ya que contaba con tres Papas al mismo tiempo y los fieles no sabían a quién obedecer. Catalina se moverá entre Papas y obispos, príncipes y gobernantes, y favorece a pobres y enfermos. Habla en el Consistorio a los Cardenales, escribe centenares de cartas a personas influyentes. Suspira por la reforma de la Iglesia: "La auténtica reforma, la que necesita la Iglesia y el mundo, no está en la guerra sino en la paz y quietud, con humildad y continuas oraciones, sudores y lágrimas de los siervos de Dios" (Diálogo, c. c. XV, LXXXVI). Realista y clarividente, intuye que el retorno del Papa a Roma era el punto de arranque de la reforma. Insuperables obstáculos se interponían pero la santa no se rinde. Habla, escribe, insiste, ora, sufre, llora, con esa valentía tenaz que brotaba de su fe. Lo consigue, y Gregorio XI regresa a Roma el 17 de Enero de 1377 y la ciudad le aclama rebosante de gozo. El éxito obtenido es la obra maestra de su constancia amorosa y persuasiva. Es su gloria más grande que la hace acreedora a la gratitud eterna de la Iglesia. La vida de Catalina se ajusta a la expresión bíblica: "milicia es la vida del hombre sobre la tierra" Nos confidencia en una de sus cartas: "No pretendo hacer otra cosa que derrotar al demonio. Quitarle el dominio, que tiene sobre el hombre por el pecado mortal. Arrancarle el odio del corazón, y ponerle en paz con Cristo Crucificado y con su prójimo" (Cartas, 122). Tres ideas martillean su corazón ante la amarga situación que contempla: la Paz, la Reforma de la Iglesia y la Cruzada. Las tres están en el pensamiento de la santa íntimamente ligadas. La paz entre príncipes y ciudades sólo será posible si se unen en la empresa común de una nueva Cruzada. La Cruzada no podrá realizarse sin la reforma de la Iglesia, que debe comenzar por el retorno del Papa a Roma
Con igual ímpetu, Rosa vive su entrega a la Iglesia, dispuesta a morir en su defensa ante el ataque del pirata En 1615, el pirata Jorge Spilbergen penetró en el Pacífico con cuatro bajeles armados; en Cañete, salió la armada española a las órdenes de Rodrigo de Mendoza y los navíos holandeses siguieron, presentándose el pirata a la vista del Callao, víspera del 22 de julio. Cundió el pánico en la ciudad y el virrey Marqués de Montesclaros mandó aprestar las milicias y ordenó se dirigiesen al puerto todos los hombres de armas y caballero principales para evitar su desembarco. Parece que el pirata se contentó con disparar dos de sus piezas contra el recinto del puerto, levó anclase e izando las velas se alejó rumbo al norte. Entre tanto, en la Iglesia de Santo Domingo se expuso a la adoración de los fieles el Santísimo sacramento y Rosa, voló ante el santísimo, permaneciendo inmóvil, acompañada de otras mujeres, entre las que se encontraban su madre y alguna de sus hermanas. Rosa temía que los herejes ingresasen en la ciudad y profanasen los vasos; de ahí que fuese al templo no sólo para adorar sino para defender con riesgo de su vida el Sacramento; así, llevó consigo las tijeras que le sirvieran para cortar como lo hizo los bajos del hábito para acercarse al altar y librar las sagradas especies de caer en manos impías. Cuando cundía el pánico, Rosa, desde la capilla de San Jerónimo elevaba sus súplicas al cielo, y exhortó a sus compañeros a dar la vida en defensa del Sacramento.
En el resumen de su vida en forma de cuestionario que se elaboró para interrogar a los testigos con motivo del proceso de beatificación se dice: "Que Rosa de Santa María era devotísima del Santísimo Sacramento de la Eucaristía, por toda su vida frecuentó el recibirle muy a menudo dos o tres veces cada semana o más, conforme a la licencia que sus confesores le daban y para recibirle con más pureza de su conciencia se confesaba primero sacramentalmente, con grandísimas muestras de dolor y sentimiento de sus pecados, haciendo conciencia de cosas muy menudas y ligeras negligencias, como si fueran grandes delitos, con lo cual sus mismos confesores quedaban confusos y edificados, y después de haber recibido el manjar de vida era tanta la suavidad y regalos que sentía su alma, que todo aquel día ni estaba para comer ni para tratar cosa del suelo, y así los de comunión, no comía hasta la noche"[1].
Su director espiritual, catedrático en San Marcos, el P. Juan de Lorenzana, declarará el 29-1-1618 Rosa "hacía especial oración por el estado de la Santa Madre Iglesia, por los pecadores, por las ánimas del purgatorio, por las personas que le hacían bien y muy especial por esta ciudad y República de Lima"
Hoy comienzan las clases en la Universidad, mañana la novena de Santa Rosa. ¿Por qué no pedirle que interceda por la Casa de Estudios de la que es Patrona? Justo hoy, leo conmovido la dedicatoria de la última obra escrita por el llorado gran maestro historiador José Antonio del Busto, quien fue alumno y catedrático de la PUCP: "A LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ, CUYA PATRONA ES SANTA ROSA DE LIMA"[2]. Que nuestra Santa, patrona de América y de la PUCP, vele por esta Casa de Estudios, sin duda una de las grandes de América.
[1] Primer Proceso Ordinario para la Canonización de Santa Rosa de Lima 1617 Transcripción, introducción y notas del P. Dr. Hernán Jiménez Salas, O.P. (Monasterio de Santa Rosa de Santa María de Lima, Lima, 2003, pp.604 pp.
[2] DEL BUSTO, José A. Santa Rosa de Lima. Lima, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú 2006, pp. 373