ÚRSULA DE CRISTO (1604-1666), LA MÍSTICA NEGRA CLARISA DE LIMA
Se acaba de publicar la obra "Las almas del purgatorio: El diario espiritual y vida anónima de Úrsula de Jesús, una mística negra del siglo XVII" (Edición e introducción por Nancy E. van Deusen, PUCP, Lima 2013) de la célebre negra donada Úrsula de Jesús (1604-1666) a pedido de su confesor franciscano.
Conviene recordar que en 1604, cuando Martín de Porres Velásquez iniciaba recién su camino religioso en la Orden de Santo Domingo, nació en Lima, esta mujer negra que pese a nacer bajo las ataduras de la esclavitud logró convertirse en la santa limeña más conocida de su tiempo no sólo por los extraordinarios milagros que realizó en vida sino también, por su extraña habilidad de conversar con los muertos del purgatorio (http://expedienteoculto.blogspot.com/2009/01/rsula-jess-la-santa-escondida-de-lima.html)
Conviene recordar lo que la Iglesia cree acerca de "la purificación final o purgatorio" tal como recoge en su Catecismo (n. 1031-1032) y que formuló sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento (cf. DS 1820; 1580). La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) habla de un fuego purificador. Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos: "Por eso mandó [Judas Macabeo] hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado" (2 M 12, 46). Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico, para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos.
Limeña de nacimiento, hija del español Juan de Castilla y la negra esclava, Isabel de los Ríos. Con su madre sirvió en la casa de doña Jerónima de los Ríos. A la muerte de esta dama, cuando Úrsula contaba 7 años de edad, pasó a servir a Luisa Melgarejo de Soto, devota mujer del grupo amical de Santa Rosa de Lima. A los 12 años, una sobrina de la primera ama, la reclama para su servicio y la interna al monasterio de Santa Clara para que reciba la educación que impartían a las niñas que tenían a su cargo. En este lugar santificado por el prelado Toribio Mogrovejo, decide tomar el hábito y profesa como monja clarisa en 1645. Su vida se distinguió por la oración, sencillez y total disponibilidad para con las hermanas enfermas. Alma privilegiada, declaró tener visiones místicas de Cristo; en concreto, llegó a señalar que le vio en la oración vestido con una túnica morada y que Jesús le mostró su corazón, en cuyo centro estaba la propia Úrsula. Confundida por tal visión y elección, le manifestó al Señor que con tantas señoras y reinas como había que por qué se complacía en estar con ella, escuchó de Jesús: "Es más estar en gracia mía que ser reina".
Los textos que aluden a esta singular mujer son tres: uno escrito en primera persona en el que se comenta la vida cotidiana al interior del claustro y las visiones que experimenta Úrsula, aunque desordenado puede entenderse como un cuadernillo de apuntes; los otros dos textos en tercera persona, proporcionan datos biográficos de Úrsula y describen con detalle su experiencia mística.
Lo más representativo –como señala Milagros Carazas[1], es que dichos textos cuentan cómo Úrsula llega a un estado de arrobamiento para comunicarse con Dios, que le permite ver lo que las otras religiosas no pueden ver. Así las imágenes llegan por sí solas y le revelan, por ejemplo, cómo las almas pecadoras son castigadas en el Purgatorio. Es llamativo percibir en este discurso una preocupación constante por su condición social. Como si este se presentase cual obstáculo insalvable para su acercamiento a Dios o al cielo, sin serlo así: "dije que si las negras yban asi al cielo dijo que como fuesen agradecidas y tubieson atencion a los beneficios y le diesen gracias por ellos las salbaba por su gran misericordia yo cuando hago estas preguntas no las hago porque/ quiero sino que como beo y me hablan sin que quiera asi me asen hablar sin/ querer yo e menester que me encomienden mucho a dios todo esto me sirbe de tormen-/ to tanbien dijo que yo diese grasias a dios por los benefisios que le abia echo aunque / me paresio que se yba al cielo no lo supe de sierto". De esta manera Úrsula nos proporciona la imagen de un dios cristiano que juzga y castiga las acciones de sus seguidores, pero lo hace con justicia e igualdad; de modo que juzga a todos sin importar las diferencias raciales, sociales e incluso de género. He ahí la sabiduría indulgente del discurso religioso de Úrsula de Jesús, una mujer afrodescendiente que trasciende su propia época.
Murió en febrero de 1666 y a su último adiós en esta vida acudió toda una multitud, presidida por la virreina condesa de Santisteban.
Milagros y visiones
Entre sus milagros más importantes está el haberse salvado de un accidente que pudo acabar con su vida. Se cuenta que cuando tenía 30 años, Úrsula de Jesús se encontraba en el patio del convento intentando tender una túnica en un palo ubicado encima de un pozo. Debido al esfuerzo, ella tropezó y por poco cae dentro si no fuera porque pudo sujetarse del borde con una de sus manos. En su desesperación por no caer, se dice que Úrsula cogió con su mano libre el escapulario de la Virgen del Carmen que tenía sobre el pecho y le pidió que la salvase. Segundos después de su súplica, se vio milagrosamente fuera del hoyo.
Así también se cuenta que el 18 de diciembre de 1645 mientras se encontraba realizando sus labores en la cocina, se quejó con tristeza por no poder asistir a la misa y comulgar. En ese momento el capellán que oficiaba la ceremonia en el convento vio cómo una hostia escapaba de la copa y prácticamente voló hacia Úrsula quien pudo participar de esta manera de la eucaristía.
Sin embargo, los milagros del que más se tiene conocimiento y que más hicieron hablar a la Lima de su tiempo fueron sus llamadas visiones o revelaciones y sus conversaciones que decía sostener con las almas del purgatorio.
En cuanto a sus visiones, Úrsula relata en su diario personal aquellas imágenes del purgatorio las cuales describe con gran detalle y precisión. Ella cuenta por ejemplo:
"Olbidada de que abia ynfierno bi una profundidad tan ediondisima mas que muchisimos posos tantos mas profundo me paresio que ay de alto aqui al sielo y alli grandisima multitud de jente que paresian ormigas y desian desdichado de mi para sienpre e de estar aqui dije jesus sea conmigo tanta jente ay aqui dijeronme cada dia cae tanta como bes ay porque de todas las partes del mundo de ynfieles moros y judios dijo muchas generasiones y de los cristianos que eran pocos los que se salbaban porque abia muchos descuidados yngratos […] y desian desdichados dellos que no creyeren en jesucristo subian aquellas llamas por ensima de las cabesas y abian ensima una cosa a manera de rred por donde subian aquellas llamas y desianque aquello de arriba era purgatorio…".
Asimismo, en cuanto a sus conversaciones con diversas almas, Úrsula describe:
"En nombre de la santisima trinidad no se si es alguna cosa de aquel engañador desde el año nuebo que fue el biernes pasado asta oy que es bispera de rreyes todas las mas Beses que boy a la orasion biene a mi un frayle fransisco que jamas conosi que es aquel que se echo de la pared dios sabe si es berdad lo que es biene pidiendo que le encomiende mucho a dios que esta en grandisimas penas que le ofresca al eterno padre por el aquellas terribles agonias que padesio…".
La causa de canonización está en marcha. Sin embargo, tras recopilar los cientos de testimonios y testigos que daban fe de su santidad, el galeón en donde fueron enviados tales archivos sufrió un accidente durante su viaje a España que terminó por hundirlo en el mar perdiendo así todos esos registros vinculados a la religiosa limeña. De todos modos, su fama de santidad no ha decaído y está muy presente, especialmente entre sus hermanas clarisas.