El inicio de la procesión fue motivada porque a finales del mes de Marzo de 1650 un terremoto asoló la Ciudad. La imagen fue sacada a la puerta de la Catedral mirando a la Ciudad, para aplacar las constantes repercusiones del sismo, luego la costumbre se prolonga hasta nuestros días con una procesión; por este evento fue denominado el "Señor de los Temblores", y luego como Patrón Jurado del Cusco.
La festividad del Señor de los Temblores fue declarada como patrimonio cultural de la Nación el 28 de Diciembre del 2007, como un culto religioso que contribuye a la identidad nacional, debido a la riqueza de los elementos que conforman la tradición religiosa: asimismo. Su Santidad, el Papa Juan Pablo II, declaró día solemne del Señor de los Temblores, cada último Domingo del mes de Octubre, con oraciones y lecturas propias del día.
El "Taytacha de los Temblores", cada Lunes de la Semana Santa sale en procesión, por las principales calles de la Ciudad, recibiendo el homenaje de las diversas instituciones civiles, religiosas y militares. Desde los balcones de las casas, se arrojan los rojos pétalos del "Ñucchu". En la actualidad se ha prolongado el recorrido de la Procesión, abarcando hasta la Plaza San Francisco, donde hace la primera bendición al pueblo, luego como punto culmen, da la bendición a todos los fieles congregados en la Plaza Mayor.
INDULGENCIA PLENARIA A QUIENES ASISTAN A LA PROCESIÓN DEL SEÑOR DE LOS TEMBLORES
El Arzobispo del Cusco, Mons. Juan Antonio Ugarte Pérez, en Semana Santa, hace propicia la ocasión para recordar a todos los fieles que el 18 de febrero de 1776, en la ciudad de Roma, Su Santidad el Papa Clemente XIII, otorgó la concesión de la Indulgencia Plenaria y la remisión de todos los pecados a quienes en Cusco participen de la procesión del Señor de los Temblores, cumpliendo debidamente con el Sacramento de la Confesión y comulgado dignamente.
Aclarando que esta concesión fue otorgada de manera "perpetua y perdurable a todos los tiempos futuros", el Arzobispo del Cusco, exhortó a los fieles confesarse y comulgar en estos días y durante la Semana Santa, y así hacerse merecedores a esta indulgencia en la procesión y bendición del Taytacha de los Temblores.