EN EL SUSURRO, ES DIOS EL QUE ESTÁ VINIENDO
La caballada sigue pastando,
el sonido de sus mordiscos me arrulla.
Las vacas y las ovejas
rumian sin cansancio
¿Qué estarán esperando?
En esta densa oscuridad de diciembre,
las estrellas lucen en el firmamento,
titilan,
me tratan de decir algo
Yo, cansado, con mucho sueño.
Mi alma me increpa, algo pide,
solamente sé que debo orar.
Veo la sombra de mis siembras
oscilar lentamente.
Están durmiendo.
Siento mi cuerpo,
no lo puedo ver
por la negrura de la noche.
! Dios mío, Tú
-grito con asombro-
tenías que nacer!
No tengo dónde dirigir la mirada,
todo es susurro.
Una melodía que va invadiendo todo
y una ráfaga de amor desde mi inconsciente
se enciende en mi corazón.
Una estrella tan bella como el sol
me señala un camino,
y
capto el gozo que me viene del cielo.
Miro mi sombra,
miro mi ganado.
Son manchas negras que abrazan el silencio,
y me envuelven,
me elevan la voz.
Es Dios El que está viniendo,
es Jesús el Hijo del Creador.
Néstor Matta