Moico Yaker (Arequipa, 1949) estudió arquitectura en la Universidad de Miami, Miami, Estados Unidos. Literatura, Filosofía e Historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Dibujo y Pintura en la Escuela de Pintura y Dibujo en Londres. Actualmente está dedicado a su expresión artística.
En su pintura hay un fuerte remanente histórico como él mismo reconoce: "Sí. En mi trabajo tomo las imágenes por su simbolismo. Trabajo con héroes, militares, que han creado íconos patrióticos. Me interesa traerlos del pasado. Me los presto de la historia. Elijo héroes no contemporáneos porque mi proceso es a través de una imagen que tiene un momento histórico".
El pintor, tras pasar por arquitectura, filosofía, historia, religión, se vale del arte para retratar la historia que para él es "el absurdo inventado". ¿Un hombre que se lanza al vacío para proteger un símbolo nacional? La historia colectiva sirve –según él- para hablar de uno. Las batallas son "la batalla" de cada uno.
La pintura se convierte en una suerte de vegetal que va creciendo desesperadamente en una enredadera. Su obra presenta la influencia del pintor cajamarquino Mario Urteaga, "el primer pintor que retrata a los campesinos sin mostrarse condescendneitne"
Los héroes de una guerra perdida. Bolognesi y Grau vuelven a la vida con sus rostros estampados en breves chocolates. Una falta de respeto, diría algún historiador espantado. Poner los dulces como exhibición dentro de una muestra, una exageración, sin lugar a dudas.
La propuesta actual del artista Moico Yaker proviene de un imaginario donde los antiguos héroes de las guerras contra España y Chile, vienen a ser personajes secundarios dentro del universo creado para el protagonista central, que no es otro que el Cristo de la Cruz, o al menos lo parece.
Y es que Descendimientos, es en gran parte, precisamente ese acto alucinante de la supuesta descolgada del Hijo de Dios. Como si cobrara vida aquel pasaje bíblico donde el ladrón malo invita al golpeado Jesús a desclavarse y salir de toda esa batahola de muerte sin sentido. Sólo que en la obra de Yaker, este acto se realiza en un espacio inconcebible.
Precisamente en el cuadro titulado Descendimiento, el crucifijo que aparece en la estampa que protagoniza un añejo héroe de la independencia (San Martín en la entrevista de Punchauca), cobra singular notoriedad al ser parte de una especie de historieta. En estas viñetas de Yaker, Jesús va descolgándose de su calvario sin que nadie lo note, hasta librarse por completo de sus clavos y salir volando por una ventana a quién sabe dónde. Interrogante que casi se despeja al observar el video que acompaña la pintura, acompañado de los sonidos de una agitada respiración. La sospecha que deja todo esto es que al final Jesús se va al cielo. Pareciera que había tanta hipocresía en el ambiente que el Cristo santificador huye de la escena"
Quizás para redondear la idea y que no quede ninguna duda, el artista pone en exhibición Descendimiento, del 1 al 41, una serie de dibujos a tinta china que sirvió para hacer el video animado, y donde se ve toda la secuencia de un Cristo saliendo del martirio de clavos con sus propias manos, para luego escapar.
Lo más impactante de la muestra es sin lugar a dudas, El encuentro en donde personajes que claramente pueden identificarse con Grau y Bolognesi, son los actores de una borrachera criminal en la que terminan soñando con un José Olaya multiplicado y volador. Definitivamente una visión aterradora para cualquier profesor de historia.
La obra de Moico Yaker parece entender las batallas de aquel entonces como conflictos carentes de sentido. Como escribe Emilio Tarazona en su presentación: "Una impostura tan ilusoria y delirante como la imagen del Napoleón ecuestre retratado por David que cruzando aquí los Andes, supone un ascenso triunfante sobre la montaña distintiva de Machu Pichu".
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