UN DÍA MÁS…COMO SI…
A las 6 de la mañana todavía no ha abierto la panadería de mi parque y los más madrugadores esperan ansiosos el pan calentito nuestro de cada día. Yo sigo mi camino hasta el paradero del bus que me llevará hasta el lugar de trabajo, la Universidad. Y miro al cielo grisáceo, "panza burro", y miro al suelo sembrado de mil y un desperdicio cuan gigantesca papelera,…Por los ruidos de los carros y el ir y venir de la gente siento que Lima bosteza un nuevo día. Acabo de estar ante Jesús en la capilla, tengo reciente la entrevista radial con el P. Donato acerca de su hermano Ángel que falleció de cáncer y releo la carta que escribió a su "querida primera comunidad" donde culmina con "a las finales todo es gracia y un regalo. Estaría bonito que un día nos juntáramos en Jerusalén. La Paz con todos".
Y siento una alegría que parece de otro planeta. Y pienso en vivir hoy COMO SI fuese el último día, para aprovecharlo sin que se me escape un segundo pero lleno de paz y amor con todos, o quizá como el primero, "primereando", estrenando un nuevo entusiasmo, como si fuese Jesús, con sus ojos, con su corazón, y siento que el cielo "panzaburro" se torna radiante, esperanzador, y que el suelo empapelado de basura puede limpiarse y despejarse. Llego al paradero, sonrío al "inspector" un buen amigo que se levanta a las 4 a.m. y que pasará más de 12 horas anotando mil y un bus con los minutos y segundos de diferencia para que el caótico tráfico de Lima sea un poco más armónico. Y saludo a la cobradora del bus y ella me ayuda a ubicarme, parado, de pie, pero contento.
Y siento que un nuevo mundo se puede lograr si en cada corazón llevamos un altar. Y voy a la computadora y escribo esta notita, muy agradecido al Señor, por un día más de vida, por un nuevo regalo que con su ayuda quiero llenar de amor y de paz, especialmente entre los jóvenes, protagonistas de esta nueva sociedad.
¡Madre, Sedes Sapientiae, Madre del Amor Hermoso, sé que contigo lo puedo lograr!