San Lorenzo, diácono y mártir, patrono titular de la parroquia de Rollán (Salamanca)
Para un católico las imágenes de los santos son la representación material y simbólica de algo real. Las imágenes nos acercan la realidad. Tanto para contemplarlas como para sacarlas en procesión sirven como ayuda a todos los cristianos para imitar a esas personas de carne y hueso, que tanto se han parecido a Cristo y que sirven como intermediarias entre el Cielo y la Tierra. Cada grupo, cada asociación, cada parroquia selecciona unas cuantas. Así, Rollán tiene sus patronos, los mártires Sebastián y Fabián, y el titular de la iglesia parroquial San Lorenzo.
Nació en Jaca (Huesca) [España]. Sus padres eran labradores del campo pero cuando Sixto II visitó la ciudad enseguida se fijó en su inquietud espiritual y lo llevó con él a Roma nombrándolo diácono para que se encargara de los pobres de la ciudad. Se convirtió, así, en uno de los siete diáconos de la Iglesia de Roma, cargo de gran responsabilidad, ya que consistía en el cuidado de los bienes de la Iglesia y la distribución de limosnas. San Lorenzo es uno de los mártires más célebres en todo el cristianismo.
Hay dos detalles que lo han convertido en el santo del buen humor. El primero viene muy bien a nuestra sociedad en crisis; pues resulta que en aquel tiempo el emperador Valeriano sufría una situación financiera muy grave, con una inflación muy elevada y unos gastos militares elevadísimos. Buscar recursos era su obsesión y habían oído que en la iglesia había "tesoros". Así, en el año 257 publicó el emperador Valeriano un edicto de persecución a los cristianos y el culto que daban al nuevo Dios y arrestaron al propio Papa y a los diáconos que tenían misiones especiales y fueron martirizados, el papa Sixto II el 6 de agosto y su diácono Lorenzo el 10 de agosto. Lorenzo morirá más tarde porque el emperador le mandó hacer una colecta de todos los bienes que poseyeran los cristianos en Roma para entregárselos.
Lorenzo que veía que la iglesia no tenía esos tesoros materiales, llamó a todos los pobres, paralíticos, cojos, mendigos, enfermos y ciegos. Y con su cara sonriente, se presentó ante el emperador rodeado de ellos y le dijo: "Estos son los tesoros de la Iglesia". El emperador enfurecido le mandó azotar hasta quedar exhausto pero Lorenzo le dio las gracias por este inmerecido sufrimiento por Jesucristo.
El emperador lo encarceló y el carcelero vio con sus propios ojos cómo un Ángel curaba sus heridas y lo consolaba así que pidió a Lorenzo ser uno de ellos. Lorenzo le indicó cómo primero tenía que bautizarse como había dicho el Señor. El carcelero se convirtió y el emperador al perder a uno de los suyos enfureció aún más mandando para él la pena de muerte pero Lorenzo contaba con la gracia de Cristo y aún cuando iba hacia la muerte tenía pena porque no se consideraba digno de morir por Cristo. El emperador, irritado por su alegría en compartir los sufrimientos de Cristo, mandó que lo quemaran en unas parrillas ardiendo. Incluso en esos momentos tuvo el humor que siempre le había caracterizado. Así cuando estaba quemado por una parte del cuerpo, se dirigió a los verdugos y les dijo: "Ya estoy bien quemado de este lado, dadme la vuelta.
Si no se tiene un gran amor a Cristo, es imposible que un ser humano se comporte de esta manera ante un dolor tan horrible. Lo cierto es que a san Lorenzo siempre se le representará con la parrilla. La llamada octava maravilla del mundo, San Lorenzo del Escorial tiene un plano en forma de parrilla y debe su nombre a que la batalla de San Quintín entre las tropas españolas y el ejército francés, con rotunda victoria de España, tuvo lugar el día de su fiesta, 10 de agosto de 1557.
San Agustín dice que el gran deseo que tenía San Lorenzo de unirse a Cristo, le hizo olvidar las exigencias de la tortura. También afirma que Dios obró muchos milagros en Roma por intercesión de San Lorenzo. Este santo ha sido, desde el siglo IV, uno de los mártires más venerados y su nombre aparece en el canon de la misa. Fue sepultado en el cementerio de Ciriaca, en Agro Verano, sobre la Vía Tiburtina. Constantino erigió la primera capilla en el sitio que ocupa actualmente la iglesia de San Lorenzo extra muros, que es la quinta basílica patriarcal de Roma.
La imagen tallada que se venera en Rollán data de la misma fecha del retablo principal, siglo XVIII. De acuerdo con la información contenida en el Archivo Parroquial de Rollán durante el periodo comprendido entre los años 1774-84, la época del prior Domingo Granda Rivero, el viejo retablo de madera es sustituido por el actual de piedra simulando mármol, de estilo neoclásico. Desaparecen el retablo principal y los colaterales. Según el Memorial de 1796 presentado por el arquitecto de la orden Jerónimo García de Quiñónez y Gavilán se hacen "otras varias obras". El nuevo retablo está enmarcado por dos grandes columnas de mármol verde; en su pedestal está representado el sol, tienen el fuste liso y el capitel corintio. En el centro del frontón partido se encuentra un gran escudo de la Orden y, rematándololo todo, la corona real.
Termino compartiéndoles la bella oración colecta en el día de su fiesta:
Dios nuestro, que inflamaste con el fuego de tu amor a San Lorenzo, para que brillara por la fidelidad a su servicio diaconal y por la gloria de un heroico martirio, haz que nosotros te amemos siempre como él te amó y practiquemos lo que él enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo