¡Qué buena noticia por ser de mujer, argentina, apóstol de los Ejercicios de San Ignacio, siglo XVIII!
El Papa Francisco autorizó al Dicasterio para las Causas de los Santos que se promulgue el decreto que certifica el milagro que se atribuye a la intercesión de la beata María Antonia de San José.
Decisión que se tomó durante la audiencia que sostuvo el Santo Padre con el Card. Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos y que analizó el caso de la laica consagrada llamada Antonia de Paz y Figueroa, conocida por la comunidad como «Mama Antula».
Primera santa argentina
Nacida en 1730 en la localidad Silipica en Santiago del Estero, la consagrada fundó la Casa de Ejercicios Espirituales de Buenos Aires. Murió el 7 de marzo de 1799 en esta misma ciudad. De acuerdo con el anuncio oficial, la ceremonia de canonización se llevará a cabo al iniciar el 2024 en la Plaza de San Pedro.
El camino a los altares de «Mamá Antula» se inició en 2010 con la declaración de «Venerable» tras el reconocimiento de la heroicidad de virtudes por parte del entonces Papa Benedicto XVI. Posteriormente se autorizó la publicación de un milagro según el cual la religiosa de las Hijas del Divino Salvador recuperó la salud en el año 1900 por intercesión de la fundadora y madre espiritual de la congregación.
El milagro de la salud
El milagro que permitió la canonización fue la recuperación del Sr. C. P. nacido en 1959 que sufrió un «ictus isquémico con infarto hemorrágico en varias zonas, coma profundo, sepsis, shock séptico resistente, con fallo multiorgánico». El hombre fue ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en estado comatoso y el TAC mostró un infarto muy extenso del tronco encefálico.
De acuerdo con la situación el pronóstico era reservado y había muy pocas posibilidades de volver a retomar una vida normal tras las lesiones cerebrales de carácter irreparable sufridas. Sin embargo, con el paso de los días, el paciente empezó a mejorar, luego unos meses las sesiones de fisioterapia le devolvieron la independencia, hasta lograr la realización de acciones independientes y normales.
Ante la situación muchos de sus familiares y amigos pidieron su recuperación a través de la oración de intercesión dirigida a la Beata María Antonia de San José, «Mamá Antula». Intención a la que se unieron 7 personas que no tenían ningún nexo con el enfermo, pero oraron por la recuperación de su salud.
La documentación del caso habla de la curación de este paciente en el hospital de Santa Fe tras comparar las conclusiones científicas a las que llegaron los médicos tratantes y la consulta médica efectuada el 14 de septiembre de 2023 que certifican la curación del hombre y en la que todos atestiguan fue vital la intercesión de la Beata María Antonia de San José.
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Evangelizar otras culturas
Mamá Antula le dio valor a la dignidad femenina en un tiempo en el que las mujeres solo vivían para ser madres o monjas, no aprendían a leer o escribir y les estaba impedida cualquier actuación social que no dependiera de la presencia de un hombre. Fue así como desafió las convenciones de la sociedad colonial y alcanzó una influencia crucial en medio del clima independentista que se vivía en América hacia el año 1810.
Tiempo después la expulsión de los Jesuitas de América de 1767, permitió a María Antonia sobresalir. Al haber nacido en una familia noble de Santiago del Estero –la «madre de ciudades», hablaba español y quechua, por lo que evangelizaba a las comunidades originarias junto con los miembros de la Compañía de Jesús, antes de su expulsión. De hecho, fueron los quechuas quienes la bautizaron "Mama Antula", diminutivo de Madre Antonia.
Mama Antula fue una mujer de carácter audaz. Recorrió a pie casi 5.000 kilómetros en el virreinato del Perú a lo largo del territorio de las actuales provincias de Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja y Córdoba.
Cuando Buenos Aires pasó a ser el centro del virreinato del Río de la Plata, se instaló en las costas porteñas, donde compartió la importancia de la realización de los ejercicios espirituales ignacianos y construyó uno de los edificios más antiguos de la ciudad, la Santa Casa de Ejercicios (1784), manteniendo vivo el legado de la Compañía de Jesús a través de la realización de los retiros espirituales enseñados por su fundador, San Ignacio de Loyola.