Queridos amigos de ZENIT:
La capacidad de observar, estudiar, comprender y comunicar las leyes que regulan el universo es una característica típica y única de la hunanidad.
Entender el funcionamiento del orden que gobierna nuestro planeta y el cosmos permitió a los hombres construir instrumentos y descubrir técnicas que mejoran y prolongan su esperanza de vida.
En este proceso, fue decisiva su capacidad de comunicar sus descubrimientos. Sin comunicación, las civilizaciones no se habrían desarrollado cultural y socialmente.
Los medios de comunicación tienen una influencia cada vez más profunda en los cambios socioculturales de nuestro tiempo.
Juan Pablo II escribió, en el mensaje para la XXX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, de 19 de mayo de 1996: "Los medios de comunicación (prensa, cine, radio, televisión, industria musical, redes informáticas), son el areópago contemporáneo en el que las informaciones se reciben y se transmiten rápidamente a una audiencia universal, y en el que se intercambian ideas, se forjan comportamientos y de hecho se va delineando una nueva cultura".
Es evidente que los medios de comunicación influyen en millones de personas, para bien o para mal. Pueden crear o destruir, informar o servir a intereses particulares.
Una máxima de cierto periodismo americano decía: "No permitas que la verdad te estropee una buena noticia". Es el cinismo llevado al extremo de contar historias mirando sólo los índices de audiencia y los ingresos publicitarios.
El periodismo está dejando de ser una profesión ética para convertirse en un mercado. Sin embargo, los principios éticos del periodismo están muy claros en todos los códigos deontológicos de la profesión. Muchos de estos principios son convergentes con los valores del cristianismo.
Una información veraz, honesta, contrastada, que respeta a los indefensos, a los menores, que es voz de los sin voz, que defiende la justicia y, sin pretenderlo directamente, con su buen decir y hacer, promueve la paz, el entendimiento y el diálogo, es ética, en contraste con aquella que sólo pretende el lucro a toda costa, incitando los instintos más primarios del ser humano o explotando la desinformación.
Zenit, hace más de diez años, vino a llenar un hueco en la información especializada, y su éxito corrobora que ha llenado una sentida necesidad.
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Un cordial saludo,
El equipo de ZENIT
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