Shahbaz Bhatti: éste es el nombre del último mártir por la fe en Jesucristo, hasta el momento. Era ministro para las Minorías de Pakistán; según su propio testimonio, «me han propuesto altos cargos en el Gobierno y me pidieron que abandonara mi batalla, pero yo siempre lo he rechazado, incluso a riesgo de mi propia vida. Mi respuesta era siempre la misma: No, yo quiero servir a Jesús como un hombre común; no quiero popularidad ni poder. Sólo quiero un lugar a los pies de Jesús; yo quiero que mi vida, mi carácter, mis acciones hablen por mí y digan que estoy siguiendo a Jesucristo. Quiero vivir para Cristo y quiero morir por Él. No tengo ningún miedo». ¿Es posible esto en el mundo actual? Sí, acaba de ser, no posible, sino real, en Pakistán. Era el único ministro cristiano de aquel país y por serlo, fue tiroteado. El Papa ha expresado su profundo dolor por este brutal asesinato. Le había recibido, el pasado septiembre, en el Vaticano. «Pido al Señor -ha dicho Benedicto XVI- que este sacrificio de la vida del ministro despierte en las conciencias la valentía y el compromiso para tutelar la libertad religiosa de todos los hombres y, de esa manera, promover la igual dignidad de todos». Los obispos paquistaníes pedirán a la Santa Sede que sea declarado mártir. En su última entrevista, el ministro había denunciado: «Hay asesinos que, en Pakistán, son vistos como héroes».
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