Autenticidad y misión en la era digital
José Antonio Varela Vidal*
Redes sociales. Espacios virtuales. Perfil digital... Éstos son algunos de los términos que utiliza el Papa Benedicto XVI en su mensaje por la Jornada Μundial de las Comunicaciones Sociales (a celebrarse este año el 5 de junio), quizás como un intento de inculturar el Evangelio en Internet, y exigir así "con creciente urgencia una seria reflexión sobre el sentido de la comunicación en la era digital." Ante esta irrupción temática del Magisterio pontificio de los últimos años, nos preguntamos si estas voces serán ya incorporadas en el Léxicon Recentis Latinitatis, importante diccionario que contiene cerca de 15,000 neologismos para actualizar el latín...
Esta enseñanza propia de los tiempos, ha provocado entusiasmo entre quienes han hecho de Internet un campo de apostolado donde consumir su tiempo y destinar personas. No faltan congregaciones y movimientos apostólicos que han abierto una pagina en Facebook para ir al encuentro de los fieles que quieran encontrar a otros "más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo nuevo de amistades potenciales", como lo subraya el Santo Padre.
Se conoce de religiosas que dedican 3 a 4 horas diarias "oficiales" para acompañar a jóvenes –sean éstos laicos o seminaristas-, que ingresan a este espacio virtual para "desarrollar nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común", como lo subraya el Mensaje. Sin embargo, se han encontrado también con personas que "buscan refugio en una especie de mundo paralelo, o (con) una excesiva exposición al mundo virtual".
El trabajo de los que quieren entrar al mundo de las redes sociales -para hacer algún bien-, no puede reducirse a crear un perfil y cumplir con recolectar algunos amigos... Muy por el contrario, y el Papa es enfático en esto al mostrar al Maestro en el camino de Emaús, como aquel que (los) "condujo gradualmente a la comprensión del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que tenían en el corazón". Es decir, hay que entrar y quedarse...
Existe otro riesgo subrayado por Benedicto XVI cuando se ingresa a las redes sociales, y tiene que ver con aquellos actos que van contra la autenticidad de nuestro propio ser. Es decir, aprovecharnos del encubrimiento que nos da aquel espacio para mostrarnos diferentes a lo que somos, "colectando" amigos sin que nos vean la cara o conozcan nuestra voz… y menos nuestras intenciones.
El Santo Padre es enfático al subrayar que en el mundo digital nos tropezamos con "una interacción parcial, (o) la tendencia a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior y el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia." Y hace una importante recomendación al advertir que, "el anhelo de compartir, de establecer "amistades", implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio "perfil" público".
Navegar "red" adentro
Son muchos los desafíos lanzados por el Papa en un mensaje tan corto, quizás porque en este campo su ministerio petrino avanza a una mayor velocidad que en otros apostolados y con diferente impacto, sobre todo si se toma en cuenta que dentro de poco tiempo, el 50% de la población mundial estará conectada a Internet con algún dispositivo electrónico.
Él sabe que cada año habrán nuevas tendencias digitales y mayores innovaciones, aplicaciones y dispositivos, como los que nos sorprenden desde ya por su uso diversificado (una web no basta sin una red social enlazada); o por el alcance-recepción al que llega, por ejemplo, el teléfono móvil o un tablet (i-pad en Apple), con sus respectivas aplicaciones de descarga a pago o gratuito (los Salmos, noticias, juegos, etc.). Estos son medios portátiles que nos permiten seguir lo que sucede en el mundo al instante, aún antes de las grandes cadenas internacionales de noticias, como lo vimos en las imágenes de auxilio y conmoción enviadas por los propios afectados del Japón o España. Otra voz de alerta fue el masivo uso de estos medios en las movilizaciones de Egipto y Libia, que dejaron impotentes a dichas dictaduras, hoy caídas.
Recientes informes de Tendencias Digitales en América Latina, revelan que en nuestra región la gente se conecta 5 veces a la semana, siendo Puerto Rico y República Dominicana los que presentan una mayor frecuencia de acceso, esto con el fin de "expresarse, conocer, comprar y compartir".
Con sorpresa -y a la vez como desafío-, constatamos que los usuarios de Internet en América Latina ya superan los 200 millones, es decir, en los últimos tres años la región creció en un 47,3% y sumando los últimos cinco años el crecimiento registrado es de 143,78%. Los usos más importantes que los latinos le dan a Internet son el envío y la recepción de correos electrónicos: 83,2%, el uso de redes sociales: 72,1%, la mensajería instantánea: 63,1% y la lectura de noticias: 60,1%, según informa la mencionada empresa venezolana, especializada en estudios sobre el mercado digital latinoamericano.
El boom de las redes sociales ha sido noticia desde 2008, cuando Facebook tuvo un crecimiento superior al 800% sólo en América Latina. Este año, el sitio de microblogging Twitter creció más de 1000% vislumbrándose como el nuevo protagonista. A esto hay que añadir que a los destinatarios del Mensaje los encontraremos viendo cada vez más televisión por Internet, dado que esta plataforma ha observado un crecimiento del 500% en los últimos tiempos, sin contar al 47,5% de los usuarios en Latinoamérica que declara ver comerciales de productos y servicios en YouTube.
Es así, que ante esta realidad en crecimiento y expansión, nos urge el llamado de Benedicto XVI a unirnos a esta gran red que la era digital ha hecho posible, pero "no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana".
Quizás así lo ha reflexionado y entendido él mismo con su equipo especializado de trabajo, al sorprendernos con la oportuna creación de una página en Facebook y en Youtube para seguir toda la beatificación de Juan Pablo II, o la reciente agenda on line "Vatican TIC", que nos permite acceder a las palabras y actividades del Santo Padre en tiempo real.
Otra iniciativa coherente fue el anuncio de que, junto a la radio y la televisión, las indulgencias provenientes de la última bendición Urbi et Orbi pudieron ser lucradas también a través de "las nuevas tecnologías de las comunicaciones", en palabras del cardenal protodiácono que asistía la ceremonia. ¿Qué otras clases de novísimos veremos en el futuro?
* Periodista
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