Punto de
vista San Francisco: un Cántico paramomentos de crisis
E
l biógrafo Celano nos describe el ocaso de Francisco diciendo que «amó a los suyos en extremo, y recibió lamuerte cantando». Pero sabemos que no fue la excepción final de su andar peregrino, ni su
canto de cisne. Franciscono ignora esa tremenda dificultad que, a veces, acorrala a los hombres en medio de inhumanidades, atropellos,
envidias, egoísmos e injusticias. Sin embargo, él fue capaz de traspasar las apariencias y, más allá de los mil gemidos
de los hombres y de la misma creación (Rom 8, 19-21), logró descubrir la presencia del Espíritu que nos libra de
toda esclavitud y nos hace hijos de Dios.
Muchos admiradores de Francisco han leído su
Cántico de las criaturas como una vuelta al paraíso perdido.Algo de
recuperación de la armonía bondadosa y de la belleza inocente se da en el Cántico sanfranciscano. Noobstante, Francisco no ha hecho una simple abstracción del caos histórico para volver a la pureza cósmica que
relata el
Génesis. Si así fuera, el Poverello tan sólo nos habría aportado un bellísimo poema en el que alabanostálgicamente lo que fue y ya no es: la belleza y la bondad originarias. Por eso, no hay evasión del realismo con el
que la vida de los hombres parece desmentir el sueño de armonía que Dios alumbró en la mañana de la Creación.
Entre la luz y la sombra, entre el pecado y la gracia, Francisco, en su
Cántico, ha sabido mirar más allá de lamaraña de ambigüedad.
El milagro no lo ha hecho Francisco, como si fuera un iluminado, sino, lógicamente, Jesucristo en su Redención. El
santo de Asís ha reconocido dentro de sí y en el corazón de los seres el gemido del Espíritu por el que han sido recreadas
todas las cosas. La perspectiva del
Cántico de las criaturas es la de quien, siendo consciente del fracaso de armonía alque sometió a la Creación quien siempre divide y confunde la obra de Dios, ha sabido otear ya la liberación de la esclavitud
vislumbrando
la libertad y la gloria de los hijos de Dios.Sí, la creación gime los dolores del parto, como dirá Pablo a los Romanos, pero este gemido ha estado revestido
por el Espíritu, abriendo a la esperanza la reconciliación que está presente, aunque no haya llegado a su plenitud
(Rom 8,22-30). Verdaderamente, la creación cantada por Francisco es la de quien ha recibido el don de mirar con
los ojos de Dios. No todo está terminado, no ha llegado el tiempo final, aún existen divisiones, enfrentamientos,
desarmonías y pecados, pero en el tiempo del
todavía no puede vislumbrarse ya la gloria escondida en las entrañasde un mundo reconciliado por la Cruz del Señor resucitado.
Alabado seas, mi Señor, por todas tu criaturas
. Es el Hermano de Asís el que se asoma en su Cántico, en el cualse podría «recomponer casi por completo a san Francisco» (Chesterton). Francisco fue aprendiendo a cantar su cántico,
y sólo al final compuso literariamente lo que su vida de seguimiento de Jesús no dejó de entonar.
+ Jesús Sanz Montes, ofm
arzobispo de Oviedo