Con la esperanza de la gozosa Resurrección, la Conferencia Episcopal Peruana dio a conocer el sensible fallecimiento del Excelentísimo Monseñor William Dermott Molloy McDermott, Obispo Emérito de Huancavelica, quien partió a la Casa del Padre el lunes 19 de agosto en Lima, a la edad de 83 años.
Monseñor William Dermott Molloy nació en Dublín – Irlanda, el 10 de mayo de 1930. Fue ordenado sacerdote el 5 de junio de 1955. Fue consagrado Obispo el 4 de julio de 1976 y trasladado a la Diócesis de Huancavelica el 14 de enero de 1982.
Monseñor William Dermott Molloy, conocido como "Monseñor Demetrio", llegó al Perú después de trabajar algunos años en la Diócesis de Alabama (EEUU). Durante catorce años estuvo al frente de una parroquia campesina en Huancarama (Apurímac), donde aprendió el quechua y lo llegó a dominar. En 1976 fue consagrado Obispo Auxiliar de Huancavelica y desde 1982, ya como Obispo titular, supo dirigir la Diócesis en momentos difíciles por la pobreza material y por el terrorismo.
Difundió el amor a la cultura quechua con sus cantos y su idioma. Así lo demuestran sus diversas traducciones al quechua de la Biblia, del Ritual de sacramentos, el Misal y el Catecismo. También promocionó la atención a los niños y ancianos abandonados con la creación de comedores populares y asilos de ancianos. Se preocupó por la formación de los jóvenes con la creación del "Colegio Seminario San Juan María Vianney", el Instituto Pedagógico "Santa Rosa", y promovió la "Escuela de música Santa Cecilia" donde los niños y jóvenes, varios de ellos hoy presbíteros, cultivaron el amor a Dios mediante la música y el canto.
Además, por intermedio de Caritas, realizó diversas obras de proyección social en el mundo campesino, de quienes se preocupó también por su atención espiritual. La formación de los catequistas rurales y la promoción vocacional al sacerdocio y a la vida religiosa fueron algunas de sus prioridades.
Como reconocimiento a su gran labor pastoral, en enero de 2006, en el marco de la 87ª Asamblea Plenaria, los Obispos del Perú le otorgaron la Medalla de Santo Toribio de Mogrovejo, por su servicio a la Iglesia en el Perú.
Así también, en julio del presente año, el Congreso de la República le otorgó la Medalla de Honor en el Grado de Caballero, en reconocimiento a su infatigable labor pastoral, educativa y asistencial durante cerca de treinta años en el departamento más pobre del Perú.
IGLESIA EN HUANCAVELICA RINDIÓ HOMENAJE A MONSEÑOR WILLIAM MOLLOY
Con gran pesar, Obispos, sacerdotes y fieles se reunieron esta semana para rendir homenaje a Monseñor William Dermott Molloy, Obispo Emérito de Huancavelica, quien fue llamado a la Casa del Padre, tras varios años de penosa enfermedad.
El martes 20 de agosto, en Lima, se celebró una Misa de cuerpo presente, en la Iglesia Nuestra Señora de la Reconciliación, en Urbanización Camacho – La Molina, en donde estuvieron presentes algunos Obispos y sacerdotes.
Tras la Santa Misa, el féretro con los restos del Obispo Emérito fueron trasladados a la ciudad de Huancavelica. A su llegada a esa ciudad, recibió el homenaje de las autoridades de Huaytará. Luego, recibió el homenaje de del Rector, formadores y seminaristas del Seminario Mayor de Huancavelica.
Posteriormente, el cuerpo de Monseñor Molloy fue traslado a la Iglesia Catedral, acompañado por los fieles y la banda de músicos del Seminario Menor de Huancavelica. Allí fue velado hasta el miércoles 21 de agosto. Ese día, Monseñor Isidro Barrio Barrio, Obispo de Huancavelica, ofició una Misa de Exequias, junto a todos los sacerdotes de la jurisdicción eclesiástica.
Miles de huancavelicanos junto con autoridades estuvieron presentes en la plaza de armas de Huancavelica para rendir honores y escoltar al Obispo que los acompañó por casi 30 años. En su homilía, Monseñor Isidro Barrio resaltó las virtudes y destacó que Monseñor Molloy era un hombre de fe, que nunca dejo de confiar en Dios para conseguir las cosas a favor de su gente.
Al final de la Misa, el féretro fue traslado a la Cripta de la Iglesia Catedral, para su eterno descanso, entre el cariño y respeto de los fieles.