80 años después, el cementario de Rollán acaba de acoger este sábado, día 16 de julio del 2016, los restos de los seis hijos de la villa que un 8 de agosto de 1936 fueron represaliados en el Monte Gargavete por el Bando Nacional por el delito de sabotear el Puente del Pasadero. Sus cuerpos fueron enterrados en el cementerio de Pelabravo, posteriormente en una fosa común en Nuevo Naharros y, tras una exhaustiva investigación en la Universidad Complutense de Madrid, debidamente identificados, llevados al Cementerio Municipal de Salamanca y hoy, gracias a la Asociación Memoria y Justicia y el Ayuntamiento de Rollán, han recibido el merecido homenaje y digno entierro.
Las palabras centrales del homenaje fueron pronunciadas por el historiador local y autor de varios libros sobre el Rollán contemporáneo, Mateo Martín Berrocal, quien rememoró el luctuoso acontecimiento y destacó el esperanzador homenaje, no para reabrir heridas sino para cerrarlas, con perdón pero sin olvidar[1].
Luisa Vicente, presidenta de la Asociación "Memoria y Justicia" presentó emotivas imágenes de la prensa local para contextualizar el tiempo vivido por los seis homenajeados. Posteriormente se dio cumplida información acerca de los estudios arqueológicos para la identificación de los cadáveres, así como el oneroso proceso seguido. Tres canciones populares interpretadas por el cantautor Miguel Ángel Gómez Naharro pusieron el punto final al emotivo homenaje y dispusieron para la familiar y popular peregrinación hasta el cementerio donde dimos el caluroso adiós a nuestros paisanos. Recuerdo sus nombres:
- ALONSO ALONSO, DAVID
- CRESPO REGALADO, LUIS
- HERRERO DÍEZ, CAYETANO
- PÉREZ PÉREZ, BALDOMERO
- RODRÍGUEZ PÉREZ, AGUSTÍN
- RODRÍGUEZ PÉREZ, RAFAEL
Considero una suerte poder ser testigo de este significativo acto. A pesar de estar 25 años fuera de Rollán, por mi presencia en el Perú, providencialmente ha coincidido con mi estancia este fin de semana.
Debo añadir que minutos antes, en la iglesia parroquial se celebró la fiesta de Nuestra Señora del Carmen y se recordó a todos los fieles difuntos. Por mi parte, dediqué una oración por eterno descanso de sus almas. Así, la obra de misericordia acometida por las instituciones queda completa: "Enterrar a los muertos" y "Rogar a Dios por los vivos y difuntos".