EL LIBERTADOR SAN MARTÍN, EL HÉROE SERENO (Jorge Basadre)
En estos tiempos de coronavirus, de zozobra y de inquietud, en que lo más seguro es que "quién sabe", me encuentro leyendo a Santa Teresa de Jesús y a Jorge Basadre. La primera como alimento espiritual, el segundo para mis cursos de historia. De la primera rescato su vivencia mística, la amistad plenificante del Dios que "solo basta" y su gozosa paz; del segundo el maestro profundo que mira lejos y nos brinda lecciones desde su investigación, nada que ver con el actual "recorta y pega". Y, como siempre me gusta tender puentes, crear lazos, veo algo convergente en la egregia figura del libertador José de San Martín, magistralmente ponderada por Basadre y la copla teresiana "la paciencia todo lo alcanza". Don Jorge Basadre acuña el término "heroísmo sereno" para caraterizar a San Martín. Entre sus miles de páginas hay auténticas perlas como la que les comparto.
Me ha gustado saber que los padres del libertador del Perú, aunque casados en Argentina, donde le nacen sus cincos hijos, son palentinos, el padre, Juan de San Martín, de Cervatos de la Cueza, y la madre, Gregoria Matorras,de Paredes de Nava. La santa de Ávila decía de los palentinos que eran de muy "buena masa" y en los progenitores del protectorado del Perú se evidencian. Conmueve pensar que tan significativo personaje se dedicase en la última etapa de su vida –ya en Europa- a la educación de su única hija para la que escribió un tratado con prudentes máximas para "humanizar el carácter, inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira., caridad con los pobres., sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones., dulzura con los criados, pobres y viejos., amor por la Patria y por la Libertad."
Entre la numerosa bibliografía les comparto:
http://dbe.rah.es/biografias/14659/jose-de-san-martin
https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_de_San_Mart%C3%ADn#
PUENTE, J. de la, San Martín y el Perú: Planteamiento doctrinario. Lima: Nueva Mayoría Editorial, 2000.
Conversación entre Antonio Zapata y Cristina Mazzeo sobre José de San Martín https://www.facebook.com/HistoriaPUCP/videos/515181542510490/
BASADRE, Jorge Historia de la República del Perú 1822-1933, "La retirada de San Martín", Tomo 1, 8ª Ed. La República, Lima, p.6
Para una generación como la nuestra, que ha aprendido a creer en todo el mundo y en tantos órdenes de la vida, que la prisa es una necesidad, lo utilitario una virtud, la figuración un sinónimo del valer, el grito y el anuncio una fuerza más importante que la razón, puede ser muy útil reflexionar lo que significa la aptitud para saber ser un hombre libre, un individuo capaz de decidir por sí mismo, de acuerdo con las más altas normas éticas, cuándo es un deber actuar, llevando entonces esa acción hasta sus últimas consecuencias, y cuándo es un deber no actuar, aunque en ese caso sea menester aceptar los más dolorosos renunciamientos. Fue sencillamente eso, ni más ni menos, lo que San Martín hizo. Implica el suyo un bello ejemplo de cómo en esa cosa llena de fango y de luz que es la vida, en la que tan pocas son las recetas infalibles, caso lo único verdaderamente reconfortante es que el ser humano, a pesar de todas las pruebas, pueda ser capaz de conservar su lucidez y su dignidad.
La confusión, la algarabía, el gregarismo, la arbitrariedad, parecen originarse en un curioso fenómeno de atolondramiento o de confusión. Y tal vez la más profunda lección de San Martín para nuestro tiempo, fuera de América y en América, sea precisamente una lección de serenidad. De serenidad entendida con algo muy distinto de la calma, el reposo o la tranquilidad, porque emerge del dolor, de la cólera o de la incertidumbre, para dominarlas a la luz de la conciencia de estar procediendo bien.
El más alto sentido de lo heroico en el mundo actual, es el del heroísmo sereno. No hay que buscar hoy al héroe más notable, como en épocas lejanas, en el aventurero que se lanza a los mares lejanos o a las tierras ignotas, sino en el hombre a solas frente a las sectas, frente a los dogmas y frente a los despotismos. Lo que más urgentemente necesitamos todos es no desmoralizarnos. La más insidiosa tentación ahora es la tentación de la cobardía frente a la mentira, frente a la falsificación de valores, frente al mercado negro en lo espiritual. Lo peor que puede pasar a la generación nueva en el mundo es la prostitución. Y San Martín, independientemente de sus errores y deficiencias, que no corresponde a este libro enjuiciar, encarna el heroísmo sereno del hombre a solas que no se prostituye.