PARROQUIA DE SANTO TORIBIO EN CHOSICA
Santo Toribio de Mogrovejo y los agustinos en la Villa del Sol
Fray Paulo César SAAVEDRA LÓPEZ, OSA.
INTRODUCCIÓN
Este sencillo trabajo ha querido ser un homenaje al Santo Obispo de los Reyes y su vínculo fraterno con los religiosos agustinos en la obra evangelizadora de estas tierras sudamericanas. Asimismo, volviendo la mirada hacia Saña, cruzando el umbral de los siglos y con el corazón en los cien años de presencia agustiniana en Chosica, queremos afianzar esta gratitud hacia el Santo, confirmando que su nombre brilla por toda la "Villa del Sol" por medio del servicio y la pastoral de los agustinos del Colegio Santa Rosa; y aunque hoy la ausencia agustiniana en Saña es patente, no se puede negar que esa invitación puesta en labios de Santo Toribio, sigue siendo hoy un refugio y una fuerza en la labor evangelizadora y educativa de los agustinos del Perú de nuestros tiempos
Tañed el arpa y cantad, cantad con voz de alegría,
que siento que Dios se acerca, que siento que Dios me mira... Y es mi dicha.
1. Una Villa del Sol para Lima
La ciudad de Chosica nace de una forma muy particular dentro de la historia urbanística del Perú: sus fundadores, miembros de la más alta sociedad limeña de aquel entonces tienen en mente un solo propósito específico, y éste es crear un Balneario Exclusivo de Invierno para la ciudad de Lima. Así es como sus Fundadores y específicamente el ingeniero inglés John James Impett, que trabajaba en ese momento en la construcción del Ferrocarril Central del Perú, adquieren 6 potreros del antiguo fundo "Moyopampa" y diseñan una ciudadela inspirada en las grandes "ciudades-jardín" de Gran Bretaña con jirones y avenidas muy amplias y ventiladas que puedan ofrecer iluminación a todos los espacios públicos y especialmente alas elegantes residencias de su selecta población.
Esta "Nueva Chosica", nacida en el ocaso del siglo XIX y en los albores del siglo XX, emerge con mucha fuerza económica y antes de veinte años ya se encuentran ocupados y construidos todos los solares con primorosas residencias y coloridos jardines. El diseño original estuvo constituido por 22 manzanas y 157 lotes. Más tarde la Sociedad Fundadora logró obtener que el Congreso de la República declarara a la nueva Ciudad de Chosica como flamante capital del distrito de Lurigancho-Chosica, cuya capital hasta ese momento había sido el pequeño poblado de Lurigancho, cuyos restos se encuentran hoy en las proximidades del Centro Penitenciario del mismo nombre.
Para reforzar su condición de Ciudad Capital del Distrito, la sociedad Fundadora entregó a la Nueva Comuna o Concejo Municipal un lote para la construcción del edificio municipal o municipalidad, el cual fue construido de inmediato e inaugurado el 28 de julio de 1906. en este mismo lote o solar la Sociedad Fundadora dispuso que debería funcionar la escuela para niñas y la escuela para niños.
Además, la sociedad Fundadora entrego unos 2, 500. 00 metros cuadrados para la construcción de una iglesia, la cual se construyó con la dirección de la Orden de San Agustín. Esta iglesia quedó completamente terminada el año 1926 y se inauguró bajo la advocación de Santo Toribio de Mogrovejo.
Como principal acceso a la Ciudad de Nueva Chosica la sociedad Fundadora también entregó al concejo municipal el Puente Colgante, ya que la única forma de llegar a Chosica era a través del Ferrocarril Central, y a través de las ruinas del viejo camino real de los incas que fue poco o nada restaurado durante la colonia (hoy se ubica en el sector hoy denominado pasaje de San José). El ferrocarril Central brindó a los nuevos pobladores todo tipo de facilidades para el traslado de los materiales para la construcción de las nuevas residencias. Generalmente, estos materiales los constituían puertas, ventanas, balaustras, molduras, balcones, y vigas todos en madera procedentes de Europa y de los Estados Unidos.
Así quedó constituida esta ciudad que en poco tiempo después, se terminó de poblar con invasiones desordenadas, que con el tiempo llenaron los valles colindantes.
2. Una parroquia donde "la estrella de Lima se convirtió en sol".
La Peruvian Corporation, concesionaria del Ferrocarril Central del Perú, en su afán de contribuir al desarrollo inmediato del nuevo pueblo, obsequió un armazón de hierro, parte de una casa de máquinas, que instalado en el lugar y revestido de calamina, se convirtió en una modesta capilla que sirvió para los servicios religiosos de la naciente población. Esta capilla estuvo a cargo de la parroquia del pueblo de Santa Eulalia, ubicada unos kilómetros más arriba.
Transcurridos los primeros años, llegaron a Chosica en 1904 los primeros agustinos. Estos Hermanos fueron enviados por Fray Ignacio Monasterio, ilustre Comisario provincial de los agustinos en el Perú, el cual acababa de concluir la obra de restauración del convento grande de Lima, en donde hacía un año que se había fundado el Colegio San Agustín de Lima. El Padre Monasterio ayudó a esta obra fundando la casa Agustina de Santa Rosa, con fines pedagógicos, que luego se convertiría en Colegio.
Instalados pues, los padres agustinos en Chosica, comenzaron, al par de su labor educativa, otra obra de evangelización. Se ocuparon inmediatamente de arreglar en la mejor forma la modesta capilla del pueblo y por delegación del Párroco de Santa Eulalia, doctor Cabrera, atendieron desde entonces las funciones religiosas.
El año 1907 se elevó la capilla al rango de Viceparroquia y se entregó interinamente a la Orden Agustina. Hay que notar que figura ya como "Vice Parroquia Santo Toribio", sin duda porque los padres agustinos sentían aún cercanas aquellas celebraciones por el Tercer Centenario de la muerte de Santo Toribio de Mogrovejo en la Villa de Saña, y por ello no dudaron en encomendar esta nueva parroquia a la intercesión de este santo arzobispo.
Tuvo como primer párroco al Padre José R. Rangel, que comenzó su labor parroquial intensificando las funciones religiosas de la Villa, en la cual ya iba resonando la voz del Evangelio, mientras la ciudad se levantaba con hermosas avenidas cuajadas de cómodas construcciones rodeada de jardines magníficos; pero que aún no contaba con un templo digno de su católica población. A este noble fin se dedica con entusiasmo el primer párroco y sus Hermanos de la misma Orden, despertando entre los moradores de esta Villa, el deseo de honrar al Señor con un hogar digno de Él.
Todos estos acontecimientos se encaminaban a uno más grande: la creación de la parroquia y el inicio de la construcción de la nueva iglesia parroquial. Y detrás de todo esto, el nombre del santo Obispo de os Reyes ya iba sonando en el corazón de los agustinos y de los fieles chosicanos.
La fecha del decreto de creación data del 21 de febrero de 1911 redactada por la secretaría del Arzobispado de Lima. El mencionado decreto está dirigido al R. P. Fr. Inocencio Vega, Comisario de los agustinos en aquel entonces. A este documento le corresponde un manuscrito del mismo convenio entre la Provincia Agustina del Perú y el Arzobispado de Lima; dicho convenio obligaba a los agustinos a construir iglesia, sacristía y dos habitaciones dentro de los terrenos dados por "la Sociedad Fundadora de Chosica".
Por otro lado, otro documento nos indica que el 25 de febrero de 1911 el Ministerio de Educación Pública autorizó al P. Vega el funcionamiento del "Colegio Santa Rosa de Chosica" es de advertir que este Colegio canónicamente fue fundado bajo la advocación de San José, y aún el mismo P. Vega, a pesar de la concesión del Ministerio, siguió llamándole de San José de Chosica; pero prevaleció la denominación de Santa rosa. Poco a poco se fueron ampliando las clases y dormitorios, conforme al número de alumnos.
El año 1911, monseñor Manuel García Naranjo, Arzobispo de Lima, en solemne ceremonia, ponía la primera piedra del nuevo templo y convertía así a Chosica en Parroquia, que se entregó definitivamente a los frailes de la Orden de San Agustín. Y es aquí que comienza la intensa propaganda a favor de la construcción de la nueva iglesia. La comunidad parroquial acude a la ayuda de sus vecinos católicos, los cuales responden con generosidad al llamado con entusiasmo, traducido en la recaudación de fondos para comenzar con prontitud esta edificación. El alma de esta cruzada fue el padre José María Álvarez, entonces párroco, y tal fue su interés y dedicación, que la primitiva capilla era desmantelada el año 1913 para levantar el templo que hoy honra a Chosica. Al destruirse la primitiva iglesia, el culto se traslada temporalmente a la capilla particular del colegio Santa Rosa de Chosica, que ya había sido erigido en febrero de 1911.
La obra por levantarse había sido ya concebida y delineada por un agustino de respetable memoria, el padre Fidel Pérez; bondadoso y enérgico, no sólo fue el arquitecto de la obra, sino que ocupando el poco tiempo libre que le dejaba el encargo de secretario y profesor del Colegio, se dedicó con entusiasmo a la construcción. Participó, con no menor entusiasmo en esta edificación, el padre agustino Senén Fernández, párroco de 1918 a 1922. Asimismo, debemos mencionar a los ingenieros don Luis y don Rafael Marquina, quienes brindaron a la comunidad agustina sus conocimientos profesionales para la mejor ejecución de la obra; y al alcalde de aquel entonces, don Juan Francisco Ramírez, que prestó su generoso apoyo.
El 28 de julio de 1913, fecha máxima de peruanidad, se inauguraba parte de la nueva iglesia en solemne Misa presidida por el Nuncio del Papa Benedicto XV, Monseñor Ángel Scapardini; siendo párroco el P. Fr. Benito Gonzáles. Así, en el año 1921, año inolvidable de festividad peruana al cumplirse el Centenario de la Proclamación de la Independencia, Chosica veía bendecir su templo íntegramente terminado.
Es así que vemos surgir como sol a santo Toribio en medio de los agustinos y su trabajo, como luz de santidad, para animar a estos frailes a establecer incluso un Colegio (hoy de cien años) donde se instruyera a la juventud; y que además llevaría el nombre de aquella santa a quien el mismo "sol" confirmó: Rosa de Santa María. Allí vemos al arzobispo Toribio y a la ferviente Rosa juntos otra vez, en tierras de misión, como si se hubiera bajado el Cielo a Chosica. Y así ha sido, porque en esta "Villa del Sol", se ha convertido en sede de "la estrella de Lima que se convirtió en sol".
Al indagar un poco sobre la devoción actual del pueblo de Chosica a Santo Toribio, descubrimos que es casi mínima dicha devoción. No se realizan típicas procesiones anuales. Tampoco existe conocimiento suficiente sobre nuestro santo. No hay relatos ni tradiciones orales sobre él. Tan sólo se conoce que hace algunos años se tuvo la muestra de las veinte gigantografías elaboradas por Comunión y Liberación para la celebración del cuarto Centenario de la muerte de Santo Toribio de Mogrovejo, y dirigidas por el Dr. José Antonio Benito y el Arquitecto José Villacorta.
Como gratitud a la empeñosa labor de los párrocos agustinos, doy cuenta de sus nombres y los años que le dedicaron:
Fr. José R. Rangel | 1907 - 1910. Viceparroquia. |
Fr. José María Alvarez | 1910 - 1914 |
Fr. Benito Gonzáles | 1914 - 1918 |
Fr. Senén Fernández | 1919 - 1922 |
Fr. Nicanor Gonzáles | 1922 - 1924 |
Fr. Rafael de La Serna | 1924 - 1926 |
Fr. Juan Francisco de Corzo | 1926 – 1932 |
Fr. Claudio Burón | 1932 – 1940 |
Fr. Cirilo García | 1940 |
Fr. Eduardo Díaz | 1940 |
Fr. Balbino Martín | 1940 – 1947 |
Fr. Francisco Díaz | 1947 – 1954 |
Fr. Gregorio Martínez | 1954 – 1958 |
Fr. Angel Luis García | 1958 – 1962 |
Fr. Florencio Aparicio | 1958 – 1987 |
Fr. Edilberto Flores | 1987 - 2007 |
Fr. Humberto Ayala Cubas | 2007 – 2018 |
Fr. Gustavo Moreno Ulloa | 2018 – 2019 |
Fr. José Vásquez Alegría | 2019 – hasta el día de hoy |
Este año del Bicentenario del Perú, 2021 la Parroquia Santo Toribio cumple 110 años, que son signo de una fidelidad y de una gratitud a Dios por este nuevo caminar agustiniano a la luz y al amparo del Santo Obispo de los Reyes. Y se eleva al cielo una súplica confiada, en medio de una terrible pandemia, pidiendo por todos quienes con amor y empeño han entregado su vida a la misión de esta comunidad parroquial agustiniana, que sigue sirviendo a Dios en los más humildes, a ejemplo de su gran patrono, Santo Toribio en la "Villa del Sol", Chosica.
BIBLIOGRAFÍA
- BENITO RODRÍGUEZ, José Antonio, Santo Toribio de Mogrovejo. Pasión por el Perú, Epiconsa, Lima 2006
- CALANCHA, A. de la – TORRES, b. de, Crónicas agustinianas del Perú, I-II, M. Merino, ed., Madrid 1972
- CARBONE MORA, Pablo V., La influencia religiosa de los agustinos en Chosica: Primicias Literarias 3 (1936) 124-126
- GARCÍA, P. Francisco, Santo Toribio de Mogrovejo y los agustinos del Perú: Archivo Agustiniano 38 (1932) 5-34
- HERAS, Ofm., Fr. Julián, "Santo Toribio de Mogrovejo y los religiosos" Revista Peruana de Historia Eclesiástica 9 (2006) 189-195
- JARAMILLO, R., "La defensa de los indígenas", en R. Jaramillo, ed., Huellas agustinianas, México 2002, 161-198
- JARAMILLO, R., "Provincia de Nuestra Señora de Gracia", en R. Jaramillo, ed., Huellas agustinianas, México 2002, 161-198
- VAN HEURCK MASÍAS, Gustavo, Centro Histórico de Chosica. Evolución urbana y arquitectónica de la zona monumental desde el año1894 al 2009 tendencia al 2050, tomo I, Chosica 2009
- VARGAS UGARTE, R., Historia de la Iglesia en el Perú II, Burgos 1959
- VILLANUEVA POMACÓNDOR OSA, Fr. Eleodoro, El indigenismo de fray Luis López de Solís O.S.A, cuarto obispo de Quito, Tesis para Licencia, Pontificia Universidad Gregoriana Facultad de Historia y Bienes Culturales de la Iglesia, Roma 2006
- VILLAREJO, A., Los agustinos en el Perú (1548-1965) Lima 1965