Declaración del obispo y de los curas de Huaraz (Perú)
Si quieres promover la paz, protege la creación
Denuncian los problemas sociales generados por la Compañía Minera Chancadora Centauro
1. El Obispo y los Sacerdotes de la Diócesis de Huaraz, testigos del Señor que ha venido a darnos la Vida en abundancia (Jn. 10,10), reunidos en la localidad de Cajacay, conscientes de los últimos y graves problemas sociales que afectaron seriamente la vida de nuestras ciudades y pueblos a partir de la presencia de la Compañía Minera Chancadora Centauro en inmediaciones de la laguna de Conococha, expresamos nuestro respaldo a la población que reclama el derecho a una vida digna en un ambiente saludable.
2. Reprobamos los excesos, el vandalismo, los actos de violencia, los desmanes, el atropello a la libertad de las personas en sus actividades y desplazamientos, producidos durante las manifestaciones de la semana pasada. Asimismo, nos extraña la escasa cobertura prestada a estos eventos por los medios de comunicación nacional.
3. Nos solidarizamos con la familia del comunero Muñante Willy Cadillo Vergara, muerto durante los enfrentamientos en Catac. Expresamos nuestra cercanía a los heridos civiles y efectivos de la Policía Nacional.
4. Condenamos todo acto de apropiación de los bienes naturales que pertenecen a todos los Ancashinos y a la humanidad entera; asimismo condenamos toda actividad que, en el futuro, puede llegar a contaminar el ambiente más aun constituyendo nuestra Región una zona eminentemente turística y agrícola.
5. Denunciamos otros posibles focos de contaminación ambiental en diversos lugares de nuestra Región, de los que aún no hemos tomado consciencia como: Mesapata (Catac), Alianza y Tomalamano (Ticapampa), Hércules (Aija), Magistral (Chiquian), Santa Rosa (Jangas), Palca-Rio Llamac (Bolognesi), California (Yungay) y muchos otros lugares donde se ejerce la pequeña, mediana y grande minería, formal e informal.
6. Deploramos la ineptitud de las autoridades regionales y nacionales por la lentitud con la que actuaron para la solución del problema del ilegal otorgamiento de la autorización de exploración a la empresa Chancadora Centauro.
7. Pedimos que los Congresistas de nuestra Región presenten al Congreso de la República un proyecto de ley orientado a una mayor protección de las áreas naturales que son la verdadera riqueza y futuro, también económico, de nuestra Región. Toda actividad minera debe tener la aprobación de la población afectada directa e indirectamente en sus territorios, incluida la población que se encuentra en la totalidad de la cuenca. Tal aprobación debe conseguirse de manera democrática, mediante consultas populares.
8. Invocamos una voluntad de diálogo cada vez que, en el presente y futuro, existan problemas o conflictos. Especialmente llamamos a las autoridades a mantenerse en permanente estado de escucha de las necesidades y anhelos de nuestra población.
9. Exhortamos a la población en general a mantenerse en constante estado de alerta para hacer de conocimiento público todo acto de contaminación. La cohesión experimentada en estos días se convierta en una medida disuasiva a las empresas mineras para que no prioricen el lucro antes que la vida y la salvaguarda del ambiente.
10. Clamamos al Señor de la Vida para retornar a una pacífica coexistencia entre la población, las autoridades, las empresas y el ambiente, en el ejercicio de las diferentes actividades de nuestra región.
Construyamos la paz como fruto de la justicia social.
Mons. Eduardo Velásquez Tarazona y todos los sacerdotes de la Diócesis de Huaraz.
CAJACAY, EL 15 DE DICIEMBRE DE 2010