Les presento dos logos. El de la PUCP (Dios no quiera que tengamos que poner ExPUCP) y el del Año de la Fe. Los dos nos ofrecen una barca, la Iglesia, en medio de problemas y tormentas.. Los dos logos nos ofrecen soluciones: El primero la LUZ , el segundo un MÁSTIL. Los dos: la Cruz, Cristo.
Una barca que navega sobre aguas turbulentas mirando a una estrella en forma de cruz: no puede ser más claro el simbolismo del escudo que, durante más de 90 años, ha representado a la Pontificia Universidad Católica del Perú. "Esta barca representaba la Iglesia que sobre el mar, es decir en el mundo, es sacudida por las olas, es decir por las persecuciones y tentaciones…" (Tertuliano, De Baptismo, XII,7) La "luz que brilla en las tinieblas" es Cristo (¿qué otra explicación para la estrella cruciforme del escudo?), que la Iglesia mira y sigue. Un símbolo cristiano. Paradójicamente, en estos días, en que sale a flote por fin la verdad, las autoridades de la PUCP, nacida para decir al mundo que la luz que ilumina al hombre es Cristo, que en la Iglesia está el reparo, el arca en que se salva la razón y la dignidad del hombre, se enorgullecen afirmando ser autónomos de la Iglesia. No obedecen al Papa, no quieren reconocer que son parte de la Iglesia Católica, rechazan a su Obispo, ¡y sin embargo quieren mantener el nombre de la PUCP! Puro nominalismo: una "marca registrada". ¡Qué importa si corresponde o no a la realidad! Como decía Nietzche: "Ya no existen los hechos, sólo existen las interpretaciones" o más recientemente, Gianni Vattimo (la PUCP le nombró profesor honorario en 2002), según el cual los hombres "decimos que encontramos la verdad cuando nos ponemos de acuerdo".
El segundo logo es el del Año de la Fe: una barca, imagen de la Iglesia, cuyo mástil es una cruz con las velas desplegadas y el trigrama de Cristo (IHS). El sol, en el fondo, recuerda la Eucaristía. El sito del evento www.annusfidei.va, en diversos idiomas, se podrá consultar a través de todos los dispositivos móviles y tablets. También está listo el himno oficial: “Credo, Domine, adauge nobis fidem”. Asimismo, a primeros de septiembre se publicará, en diversos idiomas, el Subsidio pastoral “Vivir el Año de la Fe”. Una pequeña imagen del Cristo de la catedral de Cefalú (Sicilia), en cuyo reverso está escrita la Profesión de Fe, acompañará a los fieles y peregrinos a lo largo del Año.
Hoy es la fiesta de San Ignacio de Loyola, quien escribió en los Ejercicios Espirituales “Reglas para sentir con la Iglesia”. Sentir con la Iglesia implica rechazar el sectarismo. Tiene que haber una disposición de la mente y del corazón en el bautizado dispuesto siempre a seguir a aquél a quién el mismo Jesucristo puso como cabeza visible de su Iglesia, es decir, Pedro. Por eso dice en la primer regla: «depuesto todo juicio -vale decir, dejando de lado todo lo que nosotros podamos pensar-, debemos tener ánimo aparejado y pronto para obedecer en todo a la verdadera esposa de Cristo Nuestro Señor, que es nuestra santa madre la Iglesia Jerárquica». En la regla decimotercera lo dice de una manera hermosa, aunque exagerada, pero usa de la exageración justamente para hacer ver la fuerza del principio: «Debemos siempre tener, para en todo acertar -es decir, para no equivocarse- que lo blanco que yo veo, creer que es negro si la Iglesia jerárquica así lo determina». Fíjense: veo la pared blanca y la Iglesia Jerárquica me dice que es negra: ¡es negra! Y da la razón de esto: «creyendo que entre Cristo, Nuestro Señor, esposo, y la Iglesia, su esposa, es el mismo espíritu que nos gobierna y rige para la salud de nuestras almas, porque por el mismo Espíritu y Señor Nuestro, que dio los diez Mandamientos, es regida y gobernada nuestra santa madre Iglesia».
Ser o no ser, creer o no creer, esto es, OBEDECER. Lean y difundan este manifiesto de CL
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