EL GALLO DE PUNCHAUCA ¡CANTA!
Gracias, profesora Haydee Lidia, gracias por su magnífico reportaje sobre la dramática y cruda realidad de Punchauca. Gracias porque su entusiasmo contagiante siembra esperanza en nuestros niños y jóvenes. Las fotos hablan por sí solas: Punchauca amenaza con lotizarse, se cae a pedazos como un cuerpo leproso y carcomido…¡Qué elocuente el monumento de la cruz del peregrino rematada por el gallo! A mí me ha recordado al que cantó a Pedro. ¡Cuántos Pedros en torno a esta inapreciable huaca "Punchau" con sabor a "dios sol", hacienda "Santiago" recordando al patrono de las Españas, testigo mudo de un encuentro perdido entre el último virrey –Laserna- y el primer Libertador –san Martín-¡ Pero que nos permitió soñar en un mundo de paz, de diálogo y de hermandad, ¿acaso la auténtica peruanidad?
Hace 2000 años "Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el gallo cantó". (Lc 22, 60). A continuación el Evangelio narra que "Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente".
Ciertamente, los Pedros de ahora (personales, institucionales) deberíamos llorar por Punchauca, pero el bimilenario necesita de jóvenes valientes, profesores entusiastas, instituciones arriesgadas que digan: ¡Sí, se puede! Ya, pues. Que la unión hace la fuerza.