jueves, 8 de diciembre de 2016

MASIVA ASISTENCIA DE FIELES EN LA VIGILIA DE LA INMACULADA de PAMPLONA

Breve crónica: MASIVA ASISTENCIA DE FIELES EN LA VIGILIA DE LA INMACULADA en Pamplona

 Con el lema "Con María acogemos la alegría del amor en la familia", el Movimiento de Santa María convocó a la sociedad de Pamplona y celebró el día 7 de diciembre a partir de las 10 de la noche, en la parroquia de San Miguel de Pamplona, la Vigilia de la Inmaculada, repleta de fieles, muchos de ellos frecuentando el sacramento de la confesión con los 8 sacerdotes al efecto. 


Comenzó con el rezo del Santo Rosario  que fue comentado en sus cinco misterios por jóvenes y familias, quienes ofrecieron su testimonio de vida cristiana.

 

De la habitual alocución laical se hizo cargo José Antonio Benito, quien destacó la gran riqueza del catolicismo navarro y animó a renovar la vida espiritual mirando el pasado con gratitud, el presente con pasión y el futuro con confianza. El formidable retablo de la parroquia de San Miguel le dio a pie a proponer cuatro actitudes para la nueva evangelización: exigencia, audacia, reflexión, constancia.

 

La Santa Misa fue presidida por el Sr. Arzobispo quien manifestó de modo vivencial la presencia continua de María en su vida, su vocación, su misión, animando a los fieles a hacer de sus vidas un Magníficat como María.  


VIGILIA de la INMACULADA en PAMPLONA 2016

 

Querido Monseñor D. Francisco, nuestro arzobispo; queridos amigos:

 

La Vigilia de la Inmaculada va caldeando nuestros corazones con el rezo del Rosario, las canciones, los entrañables testimonios, las oraciones en honor a Nuestra Madre, la ¡llena de gracia! Como figura en el cartel del altar mayor; ella es la Estrella de la noche, pero no la invitada sino la que invita. No sentimos acompañados de las oraciones de tantos monasterios contemplativos, de tantos enfermos, de tantas personas que –aunque físicamente no pueden estar aquí- sintonizan espiritualmente con nosotros. Y como puente entre la paraliturgia mariana y la Santa Misa figura la alocución de un laico que en esta ocasión me toca a mí. Muchas gracias a todos por la invitación y por vuestra concurrencia. El pionero de estas vigilias, Siervo de Dios P. Tomás Morales, y el gran animador Abelardo de Armas, querían que estas palabras sirviesen como un estímulo a convertirnos en evangelizadores, misioneros, en nuestro ámbito de trabajo, en nuestro ambiente familiar, social. Pero nadie da lo que no tiene y por eso me gustaría invitaros a llenaros de paz, de gozo, mirando a María, la Inmaculada, la llena de gracia. Y que Ella nos ponga con Jesús. Sí, os invito al Cielo, al igual que lo hizo el Papa Francisco al inaugurar el Jubileo de la Misericordia precisamente el 8 de diciembre del año pasado. En la bula de convocatoria del jubileo fundamentó su elección de esta forma:

 

Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de nuestra historia. Después del pecado de Adán y Eva, Dios no quiso dejar la humanidad en soledad y a merced del mal. Por esto pensó y quiso a María santa e inmaculada en el amor (cfr Ef 1,4), para que fuese la Madre del Redentor del hombre. Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón. La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona. ¡Dios pensó a María santa e inmaculada en su plan de redención para responder a nuestro pecado con su Misericordia! Por eso Ella es ─y así la invocamos─ Reina y Madre de Misericordia.

 

Sí, nuestro Cielo. He pasado una semana en Leyre y allí se cuenta una simpática leyenda sobre el Cielo; resulta que su abad San Virila, que vivió por el siglo X, estaba muy preocupado por el eterno aburrimiento que pasaría en el Cielo. Y caminando caminando, cansado, llegó a una fuente donde, cautivado por el canto de un ruiseñor,  se quedó dormido. Cuando despertó y reaccionó ya era tarde, así que se fue corriendo para el monasterio. Cuando llegó a la puerta, el monje portero le impidió el paso puesto que no conocía al que debía ser su abad. Virila tampoco reconoció al monje. Tanto insistió que le dejaron pasar y se fue integrando en la vida monástica sin entender cómo era posible que todos los monjes de Leyre le fueran desconocidos. A los pocos días, curioseando en los antiguos libros de historia de la congregación descubrió que hacía más de 300 años había existido un abad llamado Virila que se perdió en el bosque. Hecha la revelación cuando todos estaban reunidos en la sala capitular, se abrió la bóveda de la misma y una voz se dirigió a Virila diciéndole: «si tan pronto te pasaron los trescientos años escuchando el canto de un ruiseñor, imagina cómo pasará el tiempo en compañía del Altísimo».

 

¿No os ha pasado que cuando estás en una fiesta familiar, con amigos, en lo más emocionante hay que despedirse? Pues eso no sucederá con el Cielo; allí seremos felices como dice San Agustín: POR FIN, SIN FIN. Pues bien, todo eso lo vivió, lo vive y lo vivirá la Virgen, Nuestra Madre, la Inmaculada. Ella siempre ha estado en el Paraíso, sí porque Dios la preservó del pecado y por eso fue siempre pura, santa, la nueva Eva. Mirad al centro del Retablo, ahí está Asunta y Coronada en el Cielo, ¿por qué? Porque la que no conoció el pecado, el contrapunto de Eva, sólo podía vivir llena de gracia y siempre en la gloria.

 

Así lo expresa Navarra en la villa de Cintruénigo, pionera en el mundo en devoción por la Inmaculada; donde se le canta a la célebre Purísima 

Con gozo y con alegría
Cantamos, Virgen sagrada,
Que siempre fue inmaculada
Vuestra concepción María

Postrados con reverencia
Por Patrona os veneramos
Y como a Madre os rogamos
Nos asistáis con clemencia
A la divina presencia;
Llevadnos con fiel guía
A ver como gloriosa ciencia
Vuestra Concepción María


Cerca, en Fitero, nació el reciente beatificado Juan de Palafox y Mendoza (1600-1659) Su escrito más autobiográfico, comienza con una encendida dedicatoria

A la Reina de los Ángeles, María, Señora nuestra. A ti, concebida no solamente en gracia, sino (iba a decir) en gloria; pues ¿qué gloria, Virgen Santa, como ser concebida tan Inmaculada y santa, y llena de tanta gracia, que merece inmensa gloria? Muéstrate abogada con tu Hijo; muéstrese propicio con los ruegos de tal Madre y Abogada; recíbalos por tu mano; viva yo con esperanza en la intercesión de tal Madre a tal y tan piadoso Hijo".

 

Y ya, en compañía, de la Inmaculada, sin dejarla de mirar, me gustaría hablar de tres asuntos, los mismos que nos propuso San Juan Pablo II al final del Jubileo del Bimilenario del 2000, cuando nos invitó a contemplar el pasado con gratitud, fijarse en el presente con pasión y el futuro con confianza. Y esto de modo personal, familiar, como comunidad cristiana católica de la diócesis de Pamplona.

 

 

  1. Gratitud personal y por la riqueza espiritual de Navarra.

 

Personalmente, mi testimonio es de gratitud, por nacer en una familia católica; por encontrarme con un catolicismo vivo en unos Ejercicios Espirituales donde recibí la gracia de darme cuenta de mi pecado de omisión y la llamada a seguirle en mi ambiente estudiantil, deportivo, familiar. Han pasado más de 40 años y quiero dar gracias por la perseverancia, porque de mis ocho hermanos cinco nos hemos consagrado a Dios, por recibir una vocación misionera por los jóvenes, desde mi profesión de historiador, ahora en varias universidades de Lima.

 Llevo más de 20 años en el Perú y me encuentro este año estudiando en Pamplona.  Por deformación profesional me apasiona la historia y estoy realmente sorprendido por la grandeza humana y cristiana de Navarra. Pocas diócesis cuentan con un misal romano propio como Pamplona-Tudela, con santos de la era martirial de los primeros cristianos como Fermín y Saturnino, o de la época de la Reconquista a manos del Islam como san León, primer obispo de Bayona y las jóvenes Nunilo y Alodia, o grandes monjes de los que forjaron Europa como Virila en Leyre o Veremundo de Irache o Raymundo de Fitero. Ya en la Edad Moderna, contamos con los beatos jesuitas Esteban de Zudaire, Juan de Mayorga y compañeros mártires en aguas del Atlántico a manos de piratas calvinistas cuando iban como misioneros al Brasil; san Martín de la Ascensión y compañeros franciscanos mártires en el Japón; gigantes como el patrono de las misiones Javier y el recientemente beatificado Juan de Palafox; durante la Revolución francesa, el beato Francisco Dardan; para llegar a nuestro tiempo con Santa Vicente María López Vicuña –fundadora de las Religiosas del Servicio Doméstico o la Madre Ascensión Goñi, fundadora en el Perú de las Dominicas del Rosario. Y, ahora, nuestros recientes mártires beatos pasionistas Zacarías Fernández y compañeros, Braulio María Cores y hermanos Hospitalarios, Felipe de Jesús Munárriz y compañeros claretianos.

En el valioso libro "Testigos de Cristo de la Iglesia en Navarra" se da cuenta de todos ellos. Causa estupor constatar los misioneros y en la actualidad. Conozco a varios en el Perú y realmente es para estar orgullosos de pertenecer a esta iglesia de santos y misioneros.

Sin ocultar que al igual que toda la sociedad está sufriendo los avances del laicismo, secularismo…ahí siguen los monasterios, las congregaciones religiosas, los santuarios, las parroquias, los movimientos, las instituciones educativas, sociales, benéficas, alentadas por la Iglesia.

De modo particular hay que resaltar la entrañable devoción mariana de Navarra, actualizada, avivada si sabe con motivo de la clausura del Año de la Misericordia. Me impactó de modo sobresaliente el "desfile" procesional de las 12 vírgenes navarras, a cual más bella y querida, con motivo de la clausura del Año de la Misericordia en la Catedral de Pamplona. El propio pastor de Navarra-Tudela Don Francisco nos lo confesó en su preciosa carta semanal. De igual modo lo ha manifestado el coordinador y animador Don Javier Leoz:"María es música de Dios. Ella nos entona con el diapasón de Dios. Ella llevo a la MISERICORDIA que se hacía carne, nueve meses en su seno…Con Ella aspiramos a lo más alto. Aquí la esencia de Navarra. Que la DOLOROSA nos ayude a vivir en un permanente jubileo, júbilo y entrega. ¡VIVA NAVARRA! ¡VIVA EL PAPA!"

Es innegable esta riqueza espiritual católica de la Iglesia de Pamplona. Para agradecer con gozo, pero sobre todo para comprometernos más.

 

 

  1. ¿Y ahora qué? Pasión en el compromiso con el presente.

 

No es el momento de hacer un retrato, un diagnóstico de nuestro mundo. Ni tengo tiempo ni preparación. Cada uno de vosotros sabe cómo anda el planeta, la nación, la ciudad, el barrio, la familia, cada persona, los jóvenes, los excluidos…Y para los católicos comprometidos, el PLAN PASTORAL DIOCESANO. Os invito a reflexionar sobre algo muy sencillo: ¿Cómo estamos viviendo las obras de misericordia?  Ahora que los jóvenes están en época de exámenes, no olvidemos que al final de la vida –como decía San Juan de la Cruz- seremos examinados en el amor, o sea, en las obras de misericordia. Me impresionó leer en la revista semanal diocesana LA VERDAD la muerte de una joven por como etílica; don Francisco en la Catedral recordó que cada cinco minutos muere un cristiano en tierras de misión… Recordemos…Aquí, en Pamplona, cayó herido Ignacio…él siempre se preguntaba ¿qué hecho, que hago, qué voy a hacer?

 

3. Nuestra respuesta confiada y gozosa para el futuro

 

Se dice en montaña que cuando parece que lo has dado todo, entonces puedes dar un paso más. Después de un año dedicado a contemplar a vivir la misericordia, el Papa Francisco sigue en sus catequesis hablándonos del distintivo del cristiano, la misericordia, y nos invita a "hacer lío", duc in altum, plus ultra… de modo personal, social y –considerando el lema de nuestra vigilia- familiar: "Con María, acogemos la alegría del amor en la familia". Retomo las palabras iniciales sobre María, pero ahora, en familia, y en la familia de familias que son nuestras parroquias, nuestros movimientos:

 

Os invito a mirar a este gigante power point que es nuestro retablo.

 

Aquí, en esta Parroquia de San Miguel, se dio el caso de hacer "una Iglesia para un Retablo", pues se contaba con lo segundo –el de la Catedral- sin tener lo primero. Cuenta la web de la parroquia que el día de San Pedro, 29 de Junio de 1950, se bendijo y colocó la primera piedra por el Sr. Obispo, D. Enrique Delgado Gómez, en presencia de las autoridades Provinciales y Locales.  Contemplemos el retablo, el centro en el que figura nuestra Madre, y encontremos las claves de nuestra respuesta. Fijémonos en la calle central, de arriba La iconografía se ordena, como es usual, jerárquicamente potenciándose la calle central con la imagen del Padre Eterno Misericordioso, Calvario, San Miguel venciendo al demonio, la Asunción, el Sagrario. Encuentro cinco claves para nuestra vida cristiana:

 

1. La imagen del Padre Eterno nos habla de la Misericordia. Recordemos el jubileo del año de la misericordia y guiados por la preciosa carta del Papa Misericordia et misera reconozcamos que:

 

 "Hemos celebrado un Año intenso, en el que la gracia de la misericordia se nos ha dado en abundancia. Como un viento impetuoso y saludable, la bondad y la misericordia se han esparcido por el mundo entero. Y delante de esta mirada amorosa de Dios, que de manera tan prolongada se ha posado sobre cada uno de nosotros, no podemos permanecer indiferentes, porque ella cambia la vida...Ahora, concluido este Jubileo, es tiempo de mirar hacia adelante y de comprender cómo seguir viviendo con fidelidad, alegría y entusiasmo, la riqueza de la misericordia divina.. Nuestras comunidades continuarán con vitalidad y dinamismo la obra de la nueva evangelización en la medida en que la «conversión pastoral», que estamos llamados a vivir, se plasme cada día, gracias a la fuerza renovadora de la misericordia… (3-4) No guardemos sólo para nosotros cuanto hemos recibido; sepamos compartirlo con los hermanos que sufren, para que sean sostenidos por la fuerza de la misericordia del Padre. Que nuestras comunidades se abran hasta llegar a todos los que viven en su territorio, para que llegue a todos, a través del testimonio de los creyentes, la caricia de Dios…(22) Que los ojos misericordiosos de la Santa Madre de Dios estén siempre vueltos hacia nosotros.. Ella es la primera en abrir camino y nos acompaña cuando damos testimonio del amor. La Madre de Misericordia acoge a todos bajo la protección de su manto, tal y como el arte la ha representado a menudo. Confiemos en su ayuda materna y sigamos su constante indicación de volver los ojos a Jesús, rostro radiante de la misericordia de Dios.

 

Las cuatro imágenes siguientes son el rostro de cuatro puntos cardinales en toda persona, en todo cristiano, en todo apóstol y que el P. Tomás Morales propuso en su libro FORJA DE HOMBRES:

 

2 El Calvario me habla de exigencia. Ejemplos de nuestros santos y modelos: Fr. Miguel de Pamplona, obispo de Arequipa,

 

3.      El arcángel Miguel de lucha, de audacia, de espíritu combativo. Cuántos cristianos perseguidos…NO digas imposible, di no lo hecho todavía. Le escuché a don José Javier Anaut la anécdota de un sacerdote de Siria: Los seminaristas se quedan aquí porque en Occidente estarían más a gusto pero quizá perdiendo la fe…Más y más.

 

4.      La Asunción nos abre a la oración, a la reflexión, la unión a Cristo. Ejercicios, Retiros, Oración…

 

5.      El sagrario, es el pan de cada día, la constancia, el no cansarse nunca de estar empezando siempre…aunque el mundo se hunda siempre p´adelante

 

San Juan Pablo II lo dijo de modo más sencillo: Completamente tuyo.

Y un joven, en Pamplona, Eduardo Laforet, al saber que habían herido al Papa Juan Pablo II en 1981, ofreció su vida por él y el Señor se la aceptó pues contrajo cáncer en la sangre; era un 13 de mayo, fiesta de la Virgen de Fátima –estamos celebrando el centenario de las Apariciones- y como los pastorcitos se ofreció por los pecados del mundo para implorar la salvación; Eduardo obtuvo el permiso del Santo Padre para ser ordenado sacerdote antes de culminar sus estudios y falleció en olor de santidad; está a punto de abrirse el proceso de beatificación.

Nuestro tiempo no es ni mejor ni peor que los pasados; es el que nos ha dado el Señor. El Papa Francisco nos lanza a hacer lío, a ir a las periferias, a evangelizar con gozo. Nuestro arzobispo nos estimula a vivir el atractivo Plan pastoral. El lema de la Vigilia nos marca un compromiso muy especial "acoger la alegría del amor en la familia". A Dios rogando; como reza la octavilla que hemos repartido: "Santa Familia de Nazaret, haz tomar conciencia a todos del carácter sagrado de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios". Y con el mazo dando. Os propongo un detalle bien concreto: difundir el espléndido librito "Cien preguntas para el matrimonio" que muestra precisamente el magisterio de la Iglesia acerca del Evangelio de la familia.

Miremos a la Inmaculada y como Eduardo, como San Juan Pablo, digámosles: TOTUS TUUS, María.

Que así sea. Miremos a María como lo haría San Francisco Javier y digamos con él:

 

Si la Señora quisiera...

Yo no sé si acertaría.

¡yo sólo sé que lo haría

lo mejor que yo pudiera!

 

 

 

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