ZUBELDÍA, Néstor Artémides Zatti. A Dios hay que darle lo mejor (Editorial Salesiana-Ediciones Don Bosco Argentina, Lima, 212 pp)
Acabo de leer la deliciosa biografía recientemente presentada en Lima y que les recomiendo. Motivado por las sugestivas recomendaciones del prologuista P. Manuel Cayo, en ese momento inspector provincial del Perú, y casi paisano argentino del nuevo Santo, puedo decirles que he gozado de su lectura profunda, devota y amena. En ella "nos asomamos a esa santidad desacartonada, que está más cerca de la calle, que de los altares inmaculados" p.12
La obra surgió al calor de la canonización, puesto que el 9 de abril del 2021 se aprobó el milagro de sanación de Renato, filipino que se estaba muriendo debido a un grave ictus isquémico en la cabeza, que fue agravado por una fuerte hemorragia. Su familia se había reunido para rezar, invocando intensamente al Beato Artémides Zatti. El 24 de agosto de 2016, contra todo pronóstico, Renato se quita el tubo y el oxígeno, llama a sus familiares diciendo que está bien y quiere bañarse y pide comer. Él era un hombre que fue llevado a casa para morir y después de unos días estaba sano.
La obra pretendía y lo ha logrado hacer accesible a todos los públicos la atractiva obra del enfermero santo. Para facilitar su lectura se presenta en 38 capítulos cortos, sin citas ni pie de página, aunque en formato de código QR se facilitan abundantes comentarios sobre temas complementarios a los que se acompañan numerosas fotos. Arranca con el "desembarco en Buenos Aires" de la familia formada por el matrimonio y sus ocho hijos, procedentes del pueblo de Boretto, a orillas del Po, en la región de Emilia-Romaña. Corría el año 1879, tiempo en el que tres millones de italianos seguirían la misma trayectoria migratoria de 1860 a 1914 al gran Buenos Aires. Entre ellos figuran los salesianos y las Hijas de María Auxiliadora, particularmente hasta la Patagonia. De hecho Zatti será el primer santo patagónico y también el primer salesiano coadjutor canonizado.
La obra se lee de un tirón. Sigue un orden lineal cronológico, desde su nacimiento en 1880 hasta su muerte e en 1951, aportándonos lo más sobresaliente del santo, siempre en el contexto argentino, salesiano, eclesial, y con la mejor dosis de ingenio y hasta de fino humor, como lo tenía el santo. Una vida atractiva cien por cien, de laico consagrado de nuestro tiempo, enfermero, caritativo, que a golpe de pedal y con la urgencia de Don Bosco de ganar almas se entrega en cuerpo y alma a sus enfermos.
Asistiendo a un joven sacerdote con tuberculosis, contrajo la enfermedad. El interés paterno de Don Cavalli -que lo seguía de lejos- llevó a elegir para él la Casa Salesiana de Viedma donde había un clima más propicio y sobre todo un hospital misionero con un gran enfermero salesiano, que prácticamente hacía de "médico": el Padre Evasio Garrone. Este último invitó a Artémides a rezar a María Auxiliadora para obtener la curación, sugiriéndole que hiciera una promesa: "Si ella te cura, te dedicarás a estos enfermos toda tu vida". Artémides aceptó gustoso e hizo la promesa y sanó misteriosamente. Entonces dirá: «Creí, prometí, sané». Su camino estaba ahora claramente trazado y lo tomó con entusiasmo. Aceptó con humildad y docilidad el no pequeño sufrimiento de la renuncia al sacerdocio. Hizo su primera profesión como hermano laico el 11 de enero de 1908 y la Perpetua el 8 de febrero de 1911. De acuerdo con la promesa hecha a Nuestra Señora, se consagró inmediata y totalmente al hospital, ocupándose inicialmente de la farmacia contigua, pero luego, cuando el padre Garrone murió en 1913, toda la responsabilidad del hospital recayó sobre sus hombros. De hecho, llegó a ser subdirector, administrador, experto enfermero apreciado por todos los enfermos y por los propios trabajadores de la salud que le fueron dejando cada vez más libertad de acción.
Al final de la obra se brindan tres anexos con una cronología del protagonista , la presentación de las biografías de Zatti, la de Raúl Entraigas "El pariente de todos los pobres", 1953; Enzo Bianco "Parente di tutti i poveri", 1976; Néstor Alfredo Noriega, "Artémides Zatti, el hombre, el apóstol, el santo"1997, "Venerable Artémides Zatti. Héroe de la caridad, modelo del laico consagrado hoy", 1999; Vicente Martínez Torrens "Beato Artémides Zatti, su vida y su ambiente en imágenes", 2002; María Cristina Casadei "Crónica de un ángel a pedal. Don Zatti, aquel enfermero patagónico", 2002; Luis Klobertanz "Hospital Artémides Zatti. La conciencia de un pueblo" (Apuntes sobre la espiritualidad de Artémides Zatti).