(RV).- El 24 de marzo de 1980 fue asesinado en El Salvador monseñor Óscar Arnulfo Romero, quien era el arzobispo de San Salvador, mientras celebraba la Misa en la Capilla del Hospital La Divina Providencia.
Con ocasión de este aniversario, en Italia se celebra la Jornada de oración y ayuno en memoria de los misioneros mártires promovida por el Movimiento Juvenil Misionero de las Obras Misionales Pontificias con el lema 'Mujeres y Hombres de Misericordia'.
Monseñor Romero fue beatificado el 23 de mayo de 2015 en El Salvador y posteriormente un grupo de fieles viajó a Roma para agradecerle al Papa el don de la beatificación. En esa ocasión, el Papa Francisco dijo:
"El martirio de monseñor Romero no fue puntual en el momento de su muerte, fue un martirio, testimonio de sufrimiento anterior: persecución anterior hasta su muerte. Pero también posterior porque una vez muerto -yo era sacerdote joven y fue testigo de eso- una vez muerto fue difamado, calumniado, ensuciado. Su martirió se continuó incluso por hermanos suyos en el sacerdocio y en el episcopado".
"No hablo de oídas, he escuchado esas cosas, o sea que es lindo verlo también así, un hombre que sigue siendo mártir, bueno ahora ya creo que casi ninguno se atreva, pero que después de haber dado su vida siguió dándola dejándose azotar por todas esas incomprensiones y calumnias. Eso da fuerza, solo Dios sabe, solo Dios sabe las historias de las personas y cuántas veces a personas que ya han dado su vida o han muerto se les sigue lapidando con la piedra más dura que existe en el mundo: la lengua".
(Mercedes De La Torre – Radio Vaticano).