martes, 29 de octubre de 2019

“Esta niña es un milagro, póngale Milagros” -dijo el Doctor.

"Esta niña es un milagro, póngale Milagros"

El Señor nos sorprende a cada instante, en el aula y fuera de ella. En este día en que el Señor de los Milagros peregrina por las calles de Lima y nos bendice con su presencia, agradezco a mi alumna por compartir este entrañable testimonio que nos recuerda que en octubre y a diario sigue habiendo milagros.

Hace casi 20 a mis padres se casaron por civil e hicieron los respectivos análisis y datos que pide la municipalidad. Entre esos análisis está un examen de sangre. El tipo de sangre de mi papá es O+ y el de mi mamá es A- o sea, no son compatibles sanguíneamente para tener hijos, pero ellos no sabían eso porque la municipalidad no llegó a hacer el aviso correspondiente. Tiempo después mi mamá quedó embarazada y tuvo una pérdida.

El doctor, al querer saber el motivo de la pérdida los mandó a hacerse análisis de sangre, pero justo cuando lo hicieron, el enfermero tenía muchas muestras en la mano y eso hizo que confundiese los tubos. Al salir los resultados parecía que mi mama tenía el mismo tipo de sangre que mi papá, lo cual haba sido un error, el doctor no podía explicar la razón de la pérdida ni por qué en sus exámenes y en su historial médico tenía dos resultados diferentes de análisis de sangre hasta que mi mama volvió a quedar embarazada y le volvieron a hacer exámenes de sangre donde, esta vez, salió correctamente qué tipo de sangre era. Los doctores, al darse cuenta de eso, tuvieron que hacerle muchos de que sus glóbulos blancos no me atacaban, porque eso era lo que pasaba cuando los padres no tienen sangre compatible. Todo este proceso hizo que mi mamá pasase muy nerviosa y asustada su etapa de embarazo porque en distintos análisis le decían que yo nacería con diferentes enfermedades, taras o enanismo.

A los 6 meses de embarazo mi mama empezó a tener sangrados, así que fueron rápidamente al hospital a ver qué estaba pasando. El doctor le dijo a mi mamá que mis latidos estaban muy débiles y que si no me sacaban en ese momento no habría posibilidad de sobrevivir. El procedimiento tuvo que ser de emergencia y le hicieron firmar una autorización de alto riesgo y sin anestesia en la cesárea por la emergencia del caso. Todo fue tan rápido que cuando terminaron la cesárea y me llevaron a cuidados intensivos el doctor estaba tan sorprendida de que estuviese viva que le dijo a mi mamá que no se había podido percatar del sexo del bebé.

Mis expectativas de vida eran muy bajas y, al mismo tiempo, una sorpresa para el doctor. Esto hizo que después de verificar que no había nacido con ninguna de las enfermedades que los doctores habían pensado, nací con un soplo en el corazón (el cual se cerró por sí solo al cumplir un año) y un problema en él por la posición en la que había estado (a los meses lo corrigieron con una férula). Hasta me hicieron pruebas de genética porque no podían creer que no tenía nada grave. Viendo esto el doctor solo atinó a decir: "Esta niña es un milagro, póngale Milagros" por esa razón me pusieron de segundo nombre Milagros".

Estuve 11 días en cuidados intensivos en una incubadora con aire a flujo libre y me ponían varias agujas en las manos y pies (aún tengo las cicatrices en la manos). A mis padres se les partía el corazón verme así. Un día, una enfermera al ver a mi papá muy preocupado por mí se le acercó y le dijo:" No se preocupe, si su hija está viva no es por todo lo que tiene conectado, es porque ella quiere vivir."

A los días me llevaron a casa y aunque era muy pequeña por ser prematura (cabía en la mano de mi papa) ya había demostrado que me estaba recuperando rápido.

18 años después, sigo siendo para mis padres una guerrera y su mayor bendición.

                                                                                                             - Daniela Milagros Jolly Villanueva

Curso Historia de la Cultura II

Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima

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jueves, 24 de octubre de 2019

PEPITA NIETO PASCUAL, CARICIA DE DIOS en la vida parroquial y familiar (+ Toledo, 12.09.2019)

Amigos: Les comparto la entrañable homilía de don Carlos M. García Nieto, en el funeral de su santa madre. La mejor manera de agradecer la deferencia de enviarme el texto es hacerlo llegar al mayor número posible de personas. El Señor sigue estando grande con nosotros, de modo especial en nuestras madres. En la foto, don Carlos Miguel y sus padres. JAB


 FUNERAL EN SUFRAGIO POR EL ALMA DE

MARÍA JOSEFA NIETO PASCUAL –PEPITA

PARROQUIA DE SAN JULIÁN TOLEDO, 12 DE SEPTIEMBRE DE 2019 (DULCE NOMBRE DE MARÍA)

   

Muy queridos sacerdotes concelebrantes, mi querida familia, queridos hermanos todos en el Señor Jesús. Hoy nos hemos congregado en este templo no sólo para recordar a Pepita, sino sobre todo para orar por ella: hace once días que partió a la Casa del Padre tras casi catorce años de dura enfermedad y contratiempos, los cuales supo sobrellevar procurando conformar su vida a la voluntad de Dios.

Cuando tuvimos que elegir un día para celebrar esta Misa funeral "de los nueve días", consultamos la agenda de la Parroquia para ver qué momento sería el más idóneo. El único hueco que había sin intención era precisamente esta tarde. Me quedé gozosamente sorprendido al darme cuenta de la memoria litúrgica que tal día como hoy se celebra: Dulce Nombre de María. Entendí que era un regalo más del Cielo, que no ha dejado de cuidarnos un solo instante durante estos días. Por eso he deseado que celebremos, más que de morado por funeral, de blanco por la memoria del Dulce Nombre, y aprovechar para dar gracias al Señor por la obra que ha realizado en esta buena hija de María que ha sido Pepita.

Desde niña y adolescente perteneció a esos grupos que había en las parroquias de entonces, llamados "hijas de María", y donde aquellas jovencitas consagraban sus corazones limpios a nuestra Señora. Mi madre quiso que cuando le llegara la hora de dejar este mundo, la vistiéramos con un alba, una túnica blanca. Nunca le pregunté por qué, pero intuí que bien podía ser éste el motivo: su devoción a la Virgen María, el hábito blanco con un cordón azul inmaculado que en determinadas ocasiones vestían aquellas jóvenes. Por eso también ceñimos su cintura con un cíngulo azul de la Inmaculada. En sus manos pusimos un rosario que, ya hace muchos años, me regaló en una audiencia privada el papa magno y santo, Juan Pablo II.

En las lecturas que acaban de ser proclamadas he visto reflejada buena parte de la personalidad cristiana de mi madre, lo que ella trató de vivir y lo que, cuantos tuvimos la suerte de estar junto a ella, admiramos. La divina Liturgia nos ha regalado un pasaje de la Carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3, 12), que comienza de esta manera: «Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de la compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia». Son éstas las virtudes "silenciosas" que caracterizaron a Pepita y que en este tiempo habéis destacado según os acercabais a nosotros o nos llamabais para darnos el pésame. En su silencio y en la sordo-ceguera a la que había llegado como consecuencia de aquellas hemorragias cerebrales que padeció, atraía a todos por su dulzura, su cariño, su piedad sencilla, profunda y amable.

Una joven madre de familia me decía que, cuando venía a misa a la parroquia, le gustaba ponerse detrás de Pepita, precisamente por la piedad que irradiaba al recogerse en oración. Todos habéis destacado la bondad que igualmente transmitía. Una persona cercana me dijo: «Su madre, don Carlos, ha sido la suave caricia que Dios ha hecho a nuestra parroquia». Considero que es una buena descripción de lo mucho que nos ha dado desde su no poder hacer otra cosa que dejarse atender; en su debilidad ha triunfado la fuerza de Dios. Recuerdo que cuando hace diez años publiqué mi tesis doctoral, hice una doble dedicatoria: a mi hermano mayor, que hacía poco había fallecido, y a mi madre. Las palabras que a ella dediqué fueron las siguientes: «A mi madre: con su vida me ha enseñado la sencillez, la ternura y la delicadeza de Dios». Creo que eso fue Pepita: una expresión veraz de la sencillez, ternura y delicadeza de Dios. Lo que se percibía en ella fuera de casa era idéntico a cuanto ocurría en la intimidad del hogar: para nosotros ha sido una experiencia de Cielo haberla tenido como madre, haberla cuidado durante estos años y aprovecharnos de tanto amor, tantas lecciones como ella nos ha dado con su vida ofrecida a la voluntad de Dios.

No fue una vida fácil la suya. Detrás de esa mujer dulce y bondadosa –en los últimos tiempos tan desvalida–, había una historia de sufrimiento, renuncias, valor y mucha confianza en Dios. Ya desde joven fue una mujer muy probada. Quienes la conocieron en su juventud coinciden en decir que fue una mujer muy bella, bendecida con una inteligencia clarividente, un gran sentido práctico y otras muchas cualidades. Un diamante que el Señor, por medio de tantas contrariedades en la vida, tallaría hasta convertirlo en una joya preciosa.

No puedo relatar muchos detalles que alargarían en demasía mis palabras. Pero me voy a fijar en un momento en que España atravesó por una grave crisis económica. Me refiero a la producida por el petróleo y la reconversión industrial en la década de los 70 y los 80. Grandes empresas cerraron –recordamos altos hornos, astilleros, etc.–. Se produjo lo que los economistas denominan como un efecto dominó: detrás de las grandes compañías cayeron otras más pequeñas. La crisis llegó también a mi familia: la empresa donde mi padre era el responsable de contabilidad cerró. Tras muchos años de trabajo y estabilidad económica, de repente todo se quedaba sumido en la incertidumbre más inquietante. La música –mi padre era director de orquesta, profesor y compositor– no daba para alimentar una familia numerosa, con los dos hijos mayores ya en la Universidad. Mi madre no dudó en coger la aguja y, con miles de puntadas y muchas noches en vela, colaborar en sacar aquella familia adelante. No fue una modista cualquiera: se granjeó un gran reconocimiento, que le llevó a coser para una de las tiendas de alta costura en el Madrid de entonces, en la calle Arenal, junto a la Puerta del Sol. Durante aquellos últimos días en que ella agonizaba, yo no podía por menos de contemplar sus manos, acariciarlas con devoción y derramar lágrimas de gratitud por lo mucho que debíamos al sacrificio de esta mujer.

Aquella madre sacrificada portaba una sencilla y profunda espiritualidad. No faltaba su misa diaria, ni su rosario ni, incluso, el rezo del breviario mientras conservó la vista. Esto lo he contado alguna otra vez: había ocasiones en las que mi padre tenía alguna actuación lejos de nuestro hogar, a muchos kilómetros de distancia. Podía llegar a casa a las cuatro o las cinco de la madrugada. Allí estaba su esposa cosiendo, bordando o terminando cualquier otra tarea. No se iban a descansar hasta que no rezaban su rosario –y eso que mi padre debía estar en el trabajo a las 8 de la mañana y a la misma hora mi madre nos preparaba el desayuno y el bocadillo para el colegio–. Creo que en su vida matrimonial no faltó el rezo del rosario un solo día. Que mi padre falleciera un 13 de mayo, nuestra Señora de Fátima, lo consideramos como una predilección de santa María hacia un hijo fiel.

De ahí se comprende el sufrimiento que llevó clavado en el corazón, como una espina punzante, por el enfriamiento en la fe de algunos de sus hijos. Como otra santa Mónica, rezó hasta la extenuación, derramó muchas lágrimas; y, no contenta con ello, ofreció su vida al Señor con tal de que sus hijos regresaran a la fe de la Iglesia. Una noche, después de aquel primer accidente cerebral –ya en casa tras nueve meses de hospitalización–, mientras le ayudaba a acostar me dijo: «Digo yo, Carlos, que el Señor me ha hecho caso». Dado que se había quedado sorda debido a la potente medicación que le administraron para salvar su vida, le hice un gesto preguntándole en qué le había hecho caso el Señor: «Sí –me respondió–, porque una vez le dije que no me importaba que me diera una enfermedad grave y dolorosa con tal de que mis hijos volvieran al buen camino. Él me ha dado esa enfermedad y creo que ellos están volviendo». Ya para entonces mi hermano Goyo había fallecido, mientras Pepita estaba en coma en la U.C.I.; y mi hermano murió tras haber recibido los sacramentos: es decir, en el seno de la Iglesia. Sin ella saberlo aún –se enteraría pasado un año del fallecimiento de Goyo–, ya había ganado un hijo para el Cielo con la ofrenda de su vida.

En el recordatorio que hemos confeccionado para hacer memoria de estos momentos, hemos querido reflejar su vivencia cristiana. «Al fin muero hija de la Iglesia», fueron las palabras que santa Teresa pronunció en su lecho de muerte y que hemos reproducido. Al fin Pepita también rendía su alma al Señor en el seno de la Iglesia. Ésta fue su pasión silenciosa, aquello que trató de imprimir en nosotros sus hijos, la causa de una ofrenda de vida que Dios acogió y que, finalmente, le ha llevado, durante duros y largos años de enfermedad, hasta este final de consuelo y, seguro, de gloria.

¿Cómo podíamos considerar, mi hermana y yo, el cuidado de nuestra madre como una carga pesada? Puedo deciros que para mí, como hijo y como sacerdote, ha sido el mayor honor y privilegio de mi vida: servirla de día y de noche, ser ese báculo donde ella encontrara seguridad en el mayor de los desvalimientos, cuando a la ausencia del oído llegó la pérdida de la vista, añadiendo a esta cruz distintas operaciones y recaídas. Como sacerdote, tenía la gozosa responsabilidad de sostener a mi madre en esta ofrenda de su vida por la vuelta de sus hijos a la fe y a la Iglesia. Y le pedía al Señor que me capacitara para que no faltase a mi madre ningún medio en su preparación para el Cielo.

Ya conocen las circunstancias en que Pepita entregó su alma al Señor, mientras yo estaba celebrando la Eucaristía, en el momento del ofertorio. Me comunicaron que mi madre se estaba yendo justo en el instante en que iba a ofrecer el pan y el vino. Aproveché, pues, para –en mi patena– elevar su alma al Cielo y entregarla al Señor. En ese momento, ella, que había tenido los ojos cerrados durante una larga agonía de tres días, los abrió; volviéndolos a cerrar, exhaló tres veces, como una suave y silenciosa ofrenda al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Y así quedó dormida... Una vez concluida la misa, cuando por fin entré en la habitación, me encontré con ese cuerpo que, tras la ofrenda de su vida, reposaba ya tranquilo, en paz. Lo había dado todo, se vació del todo, lo entregó todo. Después de abrazarme a él, no pude por menos de decir: «Todo está cumplido. Amén». Ojalá, queridos hermanos, que llegando al final de nuestras vidas, pueda decirse de nosotros: «Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Todo está cumplido. Amén».

  

Carlos M. GARCÍA NIETO

Sacerdote

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sábado, 19 de octubre de 2019

ANTE EL SEÑOR DE LOS MILAGROS CELEBRANDO LOS 25 AÑOS DEL PADRE MORALES

ANTE EL SEÑOR DE LOS MILAGROS CELEBRANDO LOS 25 AÑOS DEL PADRE MORALES

Fieles a la cita anual ante el Señor de los Milagros, este sábado 19 ha sido el de las "diosidencias", por vez primera no estaba el anda del Señor pues está en su segunda salida por lo que el templo estaba más libre, celebramos los 25 años de la partida para el Cielo de nuestro fundador Venerable P. Tomás Morales y parece que quería tener a toda su familia peruana en esta celebración (cruzados, cruzadas, militantes, amigos), y presidió la celebración el P. Juan Álvarez, misionero de pies a cabeza que hereda el legado de quien fue su director espiritual. Su homilía ha sido un canto de gratitud por haber tratado a un santo que declara la guerra a la mediocridad y al pecado y nos impulsa siempre a la felicidad total, a la santidad pero en el detalle de cada día, y no aislados sino en grupo como iglesia que somos.

Magnífico encuentro para celebrar del modo más peruano los 25 años del Padre Tomás Morales. Su mensaje de movilización de los bautizados, despertando los valores de fieles laicos de Cristo, enamorados de Santa María, fieles a la Iglesia, desde su profesionalidad, llevando el Evangelio a todos los rincones, es más urgente que nunca.

Gracias a la generosidad de las Madres Carmelitas Nazarenas, tras la Misa tuvimos un familiar encuentro en la Sala bajo la capilla de la Reconcilación, donde los cerca de cien asistentes pudimos degustar el turrón de doña Pepa al tiempo que compartimos experiencias apostólicas y cantamos nuestras canciones.

En el corazón de todos –pequeños, medianos y grandes- la gratitud por la oportunidad de dejarnos mirar por el Cristo Moreno, Señor de los Milagros, con su poder de sanación, de perdón, de paz, amor, y la alegría de reencontrarnos como grupo, en esta oportunidad crecido por nuevos amigos de la pastoral de San Marcos, UTEC, colegio Bartolomé Herrera…y dispuestos  a proyectarnos en nuestros Círculos Laicos en Marcha, y ya lanzados a la Campaña de la Inmaculada que culminará en la Vigilia el 7 de diciembre.

Sí, Señor de los Milagros, a Ti venimos con devoción, queremos hacer grande nuestro Perú; unidos todos contigo, con la Madre seremos la luz que el mundo necesita. 

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miércoles, 16 de octubre de 2019

Juani Benito. 24 años preparando un encuentro

Ancos, Beatriz de – Isart, Mª Consolación

Juani Benito. 24 años preparando un encuentro

(Fonte Monte Carmelo, Burgos, 2019, 117 pp)

Gracias por este delicioso libro que acabo de saborear al poco tiempo de ser publicado y presentado en España con motivo de los 25 años de la partida para el Cielo del fundador de mi movimiento Venerable Padre Tomás Morales.

Abre sus páginas un precioso prólogo de Lydia Jiménez, directora general de las Cruzadas de Santa María, en el que constata que "Juani estuvo a nuestro lado, casi de puntillas, sin ruido, pero ¡cuánto bien nos hizo! Se sintió siempre tan amada por Dios que quiso contagiar a todos los que la trataron; sin grandes cosas, en la sencillez de lo ordinario y con una alegría siempre radiante"

La introducción transcribe la homilía pronunciada por el Venerable P. Tomás Morales, en la Capilla del Hogar de Salamanca, (8-VIII-89:

 

"La conocí hace unos diez años; no tenía más que catorce, y la conocí en esta casa. Siempre, después de acabar sus clases, venía a estudiar al Hogar y, cuando hablé con ella por primera vez, se me ocurrieron unas palabras de Santa Teresita, cuando ella dice en su Autobiografía que desde los tres años nunca había negado nada a Dios. Conforme fui tratando a Juani estos años, cada vez me iba persuadiendo más que desde niña no le había negado nada al Señor. ¡Qué dicha tan grande haber tratado tan de cerca un alma así, que desde niña no negó nada al Señor!" 

 

 La obra profusamente ilustrada se articula en tres apartados con 8 peldaños, escalones o capítulos cada uno que van conduciendo al verdadero encuentro. El primero "Juani, ¿quién eres tú?, una apretada semblanza que tiene como base los dos libros publicados hasta la fecha (Juani Benito, Cruzada de Santa María, Colección TAU, Ávila, 1992, 126 pp.   y Juani Benito, 24 años para Dios, Juvenil MC, Palabra, Madrid, 1994, 47 pp, reproducida en "Por sus frutos" Encuentro, Madrid, 1998); el segundo "Cincelando un carácter se fija en los valores vividos en "humilde pedagogía de lo cotidiano" (T. Morales); el tercero "la virtud no se improvisa", referido a la etapa final cuando el cáncer le visitó y llevó a la eternidad.

 

¡Con esmero, cariño, delicadeza de hermanas, la obra se apura sin querer! Muchas gracias. Que nos sirva a todos para caminar tras las huellas gozosas por las que caminó nuestra querida Juani. 

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sábado, 12 de octubre de 2019

UN PERÚ RENOVADO PARA EL 2020

                               UN PERÚ RENOVADO PARA EL 2020

                                                                                             José Antonio Benito

 

Increíblemente han pasado 20 años y el documento de los obispos del Perú tiene ahora mucha más actualidad y urgencia que en aquel momento. Podría servir de base para una reflexión mayor en vísperas del Bicentenario. Por lo tanto, lo comparto tal cual lo escribí en aquella ocasión. Me limité a resumirlo como decálogo y comentarlo brevemente. Siempre nos motivará la acertada y brillante inauguración de los Juegos Panamericanos 2019 que coloco como ilustración. 

Me encontraba conversando con Augusto Dammert, presidente del Consejo de Cultura Católica en Perú, cuando el célebre historiador Pablo Macera le telefoneó interesándose por un documento que dará mucho que hablar: Un nuevo Perú: Don de Dios y tarea de todos, exhortación de los Obispos peruanos del Consejo permanente. Al módico precio de un sol, y en 20 apretadas páginas, 12 capítulos, 42 parágrafos y 38 interesantísimas notas, se ofrece una reflexión lúcida y valiente sobre el Perú de 1997, así como una invitación apremiante a la acción.

 

1. En vísperas del Gran Jubileo del 2.000

Es un llamado a vivir a la altura del momento histórico en que nos encontramos. Invita a la conversión personal, no sólo como arrepentimiento del pecado sino sobre todo de "nuestras omisiones en todos los aspectos de nuestra vida, desde el más íntimo y personal hasta aquellos referidos a los retos sociales que encara nuestra patria" (n.3)

 

2. Todos responsables

Hay que conseguir "la superación de los serios problemas que hoy afrontamos" (n.4): la defensa de la vida, la paz, el desempleo, la solidaridad, el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la distribución justa de la riqueza... Un medio válido para construir "el Perú fraterno, solidario y reconciliado" es el estudio y la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia. (n.38)

 

3. El sufrimiento de nuestro Pueblo

Casi la mitad de la población (el 49,5%) vive con menos de un dólar al día. Según el informe del Banco Mundial -septiembre de 1997- Perú es el 10° país más pobre del mundo, y el más pobre de Sudamérica. La raíz de "tanta miseria física y moral es la quiebra de los valores éticos y espirituales" así como "la desorientación respecto del sentido de la vida" (n.6)

 

4. Pacificación urgente

Aunque se valoran algunos logros, es preocupante la persistencia de la ideología terrorista, acompañada de las injusticias en los juicios contra los acusados de terrorismo. Se exige la revisión de las causas de inocentes condenados como terroristas (n.12)

 

5. La ley de la selva o donde el pez gordo se come al flaco

Los obispos lo dicen de manera más suave pero no con menos convicción: "Una sociedad basada en criterios darwinianos, que sustenta explícita o implícitamente la supervivencia del más fuerte o del más inescrupuloso, no es una sociedad aceptablemente humana". Y como raíz de la falta de paz denuncian "el desprecio del hombre". (nn.14-16).

 

6. Sube la macroeconomía, se agujerean nuestros bolsillos.

La portada de "Caretas" le da la razón. Esa tan simpática en la que aparece un ciudadano con los bolsillos vacíos al tiempo que dice: No entiendo, la economía nacional sigue subiendo y yo cada vez estoy peor. El documento anota: "En materia de economía notamos que el crecimiento global del producto interno es sensible, pero no se ve que esto llegue a beneficiar a quienes más lo necesitan" (n.17). Denuncian el problema del paro laboral, la quiebra de empresas nacionales "enfrentadas en desventaja a una competencia ante el gran capital extranjero" (n.19). Hay una crítica al neoliberalismo que no reconoce que la "economía debe estar al servicio de las personas y que no se puede aceptar al sacrificio de tantos peruanos en función de objetivos globales  y por la sola operación de los mecanismos impersonales del mercado" (n.21).

 

7. El mayor atentado contra la mayor riqueza de Perú.

El capítulo 8° "problemática demográfica" pone el dedo en la llaga al denunciar "las campañas públicas y privadas de control natal compulsivo, de nefastas repercusiones económicas, culturales, sociales y morales" (n.22). Sin pelos en la lengua se quejan de que las autoridades competentes parecen haber ignorado sistemáticamente sus denuncias. Particular énfasis reviste el número 25: "La esterilización intensiva de mujeres pobres y campesinos, no sólo lesiona su libertad y dignidad, sino que al suprimir los nacimientos en las zonas rurales hace que la población de las mismas, ya mermada por las migraciones (especialemnte de los jóvenes), disminuya radicalmente, lo que llevará pronto al vaciamiento del campo". (n.25) Tal despoblamiento rural, al contribuir a la reducción de la producción agrícola regional, agudiza el incremento de la pobreza en nuestra nación ya que los alimentos hay que importarlos.

 

8. La quiebra de la institucionalidad democrática.

"Con especial preocupación vemos que la administración de la justicia se viene convirtiendo en una pugna por el poder, cuando debe ser garantía de una vida ciudadana para todos" (n.31).

 

9. Falta de sentido cívico

"Es urgente trabajar por la superación de esta falta de civismo y de la pasividad, que se convierte en una tolerancia cómplice en la manipulación de las instituciones" (n.34). En el fondo de todos está una crisis de valores que hace que la población, especialmente la juvenil, viva sólo para "el tener, el poder y el placer avivados por el individualismo y el consumismo", confundiendo la auténtica felicidad que nace siempre de la suprema dignidad de la persona y tiene a Dios como centro.

 

10. Con la ayuda de Dios

Como dice el Evangelio "para Dios nada hay imposible". Los pastores del Perú descubren "luces" en el presente pero nos lanzan a asumir "el reto de vivir una vida cristiana más auténtica, coherente e integral". Para ello hacen un llamado a la conversión a Dios y una transformación en frutos "de comunión y solidaridad".

 

Ojalá este breve pero sustancioso documento no sea papel de archivo sino programa de estudio y, sobre todo, de acción entusiasta e integradora para el nuevo Perú que todos deseamos.

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In memoriam Padre Julián Heras Díez, OFM (Burgos, 1935-Lima, 2015)

In memoriam

 

Padre Julián Heras Díez, OFM (Burgos, 1935-Lima, 2015)

 

José Antonio Benito

 

Nació un ocho de mayo de 1935, en el pueblo burgalés de Cubillo del Campo y en la casa todavía hoy ocupada por la familia Heras Díez. Fue el primero de los seis hijos de los esposos Patricio y Amparo. Al año de su nacimiento, su padre, como todos los españoles adultos, debe dejar la familia para enrolarse en el ejército y participar en la fratricida guerra hasta 1939. Cumplidos los seis años, como era preceptivo, entonces, comenzó su vida de estudios, que ya no dejará nunca, en la escuela del pueblo, dirigida entonces, por la señorita Doña "Feli".

 

Cuando cumplía 12 años, el misionero franciscano, P. Guillermo Manero, que había estado en el Perú y que a la sazón era maestro de colegiales en el Seminario de Anguciana, le brindó la posibilidad de ingresar en dicha casa de estudios y, posiblemente, con el tiempo llegar a ser también un misionero en el Perú. Era el año 1947: dejó el pueblo y viajó a Anguciana, en Logroño.

Al año siguiente, con solo 13 años, viajó al Perú, llegando después de un larguísimo viaje lleno de peripecias, que él mismo cuenta en la obra Crónicas franciscanas de viaje de Europa a América a América en los siglos XIX y XX" por él publicada, sobre viajes de "colegiales-futuros-misioneros" al Perú.

Llega al Callao el año 1948 y, en el Colegio Seráfico de los PP Franciscanos de esa ciudad, cursa los cuatro primeros años del Bachillerato, con pleno éxito académico.

En abril del 1952 es trasladado a la capital, Lima, poco distante del Callao, y en el Convento de Los Descalzos se inicia lo que es propiamente la vida y franciscana (vida fraterna, espiritualidad franciscana, historia de nuestra Orden, vida de oración, etc.).

Cumple satisfactoriamente con el año de Noviciado y emite los primeros votos religiosos. Permanece un año más en dicho convento y completa sus estudios de Bachillerato. Cumplido este año el quinto de bachillerato, viaja al convento de Ocopa, para cursar los estudios de Filosofía y Teología. En este emblemático centro misionero franciscano ubicado en el Valle de Mantaro, se encontrará con algo que le acompañaría toda la vida: la magnífica biblioteca de más de 30 mil volúmenes que él valoró y custodió como nadie; además, Ocopa es el foco misionero cargado de arte y espiritualidad, con una comunidad donde se vivía la fraternidad, el estudio y que era portadora de una historia misionera admirable, con miembros tan eminentes como el cardenal Juan Landázuri Ricketts.

Cumplidos sus estudios filosóficos y teológicos, un 6 de enero de 1961, es ordenado sacerdote. Enseguida, sus superiores, conocedores de sus aptitudes y gustos intelectuales le destinan a estudiar Biblioteconomía en la Escuela Nacional de Bibliotecarios de Lima, donde elabora una original y práctica tesis, en la que aporta un método que corregía en la sección religiosa la "Tabla de Melvil Dewey" y que mereció la máxima calificación, siendo adaptada por la Biblioteca Nacional del Perú.

El año 1990 es trasladado al Convento de los Descalzos, donde permanece hasta el día de su partida para la Casa del Padre. 

Su esfuerzo, a través de toda la vida, ha sido encaminado al conocimiento científico, sobre todo en el campo de la investigación histórica.

En él encontramos un auténtico "ratón de bibliotecas", pero que no se ha quedado en curiosear libros, sino que ha caminado por las sendas del auténtico investigador.  Fruto de sus investigaciones es una lista larga de artículos y libros por él escritos y/o publicados.

Durante muchos años y en forma continuada fue nombrado y desempeñó el cargo de "Ecónomo" o administrador de la economía del Convento de Ocopa y, después, del Convento de los Descalzos de Lima. Igualmente fue nombrado durante muchos años Vicario Conventual de Ocopa y Lima. Finalmente, también recibió el nombramiento y desempeñó durante seis años el cargo de Superior-Guardián del convento de los Descalzos de Lima.

Desde 1993 fue miembro de número de la Academia Peruana de Historia Eclesiástica, así como de la Comisión Episcopal para bienes culturales de la Iglesia, de la Sociedad Peruana de la Historia y del Centro de Estudios Histórico-Militares del Perú. En 1986 recibió el orden al mérito del Estado peruano en grado de comendador.

Desde el 2002 fue miembro de número de La Academia Nacional de Historia del Perú. Su discurso de incorporación fue leído el 24 de octubre de 2002 y llevó como título "Los franciscanos del Perú, defensores del indio"[1], Ocupó la silla nº 24 del Dr. Félix Denegri Luna. El discurso de recibimiento fue pronunciado por el Dr. Félix Álvarez Brun[2]. En este discurso, Álvarez Brun da una corta biografía del Padre y se refiere a su producción bibliográfica, así como a la importancia histórica del Convento de Ocopa, que el P. Heras supo darle su lugar en la historiografía del Perú.

Cubillo del Campo, pueblo natal de Julián Heras Diez, en Sesión ordinaria del Ayuntamiento, acogiendo el sentir de los ciudadanos, le ha declarado "HIJO ILUSTRE DEL PUEBLO" y ha decretado que se coloque una placa recordatoria en su casa natal.

Tuvo la dicha de celebrar el 11 de enero de 2011 sus 50 años de ordenación sacerdotal en el Convento de los Descalzos de Lima, rodeado de sus hermanos franciscanos y tantos amigos del mundo académico y pastoral.

El último tramo de su vida lo pasó convaleciente en cama o postrado en silla de ruedas en su cuarto del Convento de los Descalzos de Lima-Perú. La hermana Muerte le sorprendió en la paz de la celda un siete de febrero 2015. [3]

Comparto, por fin, el listado de sus publicaciones: 

 

1967: Fuentes para historia del Convento de Ocopa. Reseña Histórica de Ocopa. (1725-1967), Lima,

1967. "Una obra inédita de Carlos Prince". En Revista Histórica, tomo 30

1968. "Catálogo de impresos de la Provincia de S. Francisco Solano". En Efemérides vol.24, nos. 70-71 (Ene-ago. 1968) -- Lima: [s.n.]

1970. Libro de Incorporaciones del Colegio de Propaganda Fide de Ocopa; Ed. y notas del P. Heras. Lima, 1970.

1970. Libro de incorporaciones del Colegio de propaganda Fide de Ocopa : 1752-1907 / con introducción y notas del R. P. Julián Heras, O. F. M.  

1972 El Valle del Mantaro : informaciones turísticas.  

1975 Historia de las misiones del Convento de Santa Rosa de Ocopa / José Amich ; edición y notas de Julián Heras

1976 Ocopa : paisaje, historia y tradición   

1977. Con el P. Odorico "Provincia Misionera de "San Francisco Solano del Perú" (Reseña histórica y estado actual), 2ª ed. Madrid, 1977

1977 La provincia misionera de San Francisco Solano del Perú : reseña histórica y estado actual Odorico Saiz y Julián Heras.  2a ed.   

1979. "La Pinacoteca de Ocopa". Boletín de Lima, nº 2

1974 El convento de Ocopa : guía turística y síntesis histórica  

1974 Los Franciscanos en el Valle de Jauja 

1979. Guía Turística del Valle del Mantaro. Boletín de Lima Nº 2 (set.

1983.Los Franciscanos y las Misiones Populares del Perú. Ed. Cisneros 1983.

1983 Los franciscanos y las misiones populares en el Perú / J  

 

1985. "Bibliografía misional franciscana sobre la Amazonía". En Amazonía Peruana, vol. 6 nº 12 (noviembre).

1985 Heras. Desarrollo. -- No. 6 (Julio 1974).

1985.  Quinientos años de fe: historia de la evangelización de América Latina, prólogo del Cardenal Juan Landázuri Ricketts. Lima 1985.

1985 Quinientos años de fe : historia de la evangelización de América Latina /  

1987 Iglesias franciscanas en el valle del Mantaro (siglo XVIII) / Julián Heras.    

1988 Historia de las misiones del Convento de Santa Rosa de Ocopa/ José Amich, O.F.M. ; edición crítica, introducción e índices de Julián Heras Díez O.F.M. Amich, José. 

1989 "Colegio de Propaganda FIDE de Ocopa". En Revista Peruana de Historia Eclesiástica Nº 1, Cuzco, 213-224

1989 La conquista franciscana del Alto Ucayali / Manuel Biedma ... [et al.]; sel., introd. y notas Julián Heras y Antonino Tibesar, O.F.M.   Por Biedma, Manuel.

1990. Los Franciscanos en el Valle del Colca (Arequipa): dos siglos y medio de evangelización: 1540-1790. Arequipa, 1990.

1990. Inventario de las iglesias franciscanas del Valle del Mantaro. Boletín del Instituto Riva Agüero de Lima, nº 17.

1990 Inventario de las iglesias franciscanas del valle del Mantaro (1752) / Julián Heras Díez.   1990 . En Boletín del Instituto Riva-Agüero -- No. 17 (1990)

1990 "Los franciscanos en el valle del Colca (Arequipa) dos siglos y medio de evangelización 1540-1790" La evangelización del Perú siglos XVI-XVII -- Arequipa: Actas del Congreso Peruano de Historia Eclesiástica, 1990

 1991 La conquista franciscana del Alto Ucayali / Manuel Biedma O.F.M. ; introducción y notas por los padres Antonino Tibesar y Julián Heras, O.F.M.

1992. Aporte de los franciscanos a la evangelización del Perú. Lima.

1992. "El libro y la imprenta al servicio de la evangelización" Revista Peruana de Historia Eclesiástica , nº 2, Cuzco, 247-258

1993. "Los franciscanos del Perú, defensores del nativo". Revista Peruana de Historia Eclesiástica nº 3, Cuzco, 145-167

1993. Perú, centro de irradiación franciscana en Sudamérica, en Franciscanos en América. México.

1994. "Fray Gonzalo Tenorio, O.F.M., y sus teorías escatológicas sobre el Nuevo Mundo (1602-1682)" Revista Peruana de Historia Eclesiástica nº 4, Cuzco, 155-167

1995.  Convento de los Descalzos de Lima: un oasis de espiritualidad y de acción apostólica (Lima).

1995 El Convento de los Descalzos de Lima : cuatro siglos de historia y de arte 1595-1995. 

1995 El Convento de los Descalzos de Lima : un oasis de espiritualidad y de acción apostólica

1996. "Los Franciscanos del Perú a partir del siglo XIX" Revista Peruana de Historia Eclesiástica nº 5, Cuzco, 75-112

1996. Bio-biliografía de Fr. Luis Jerónimo de Oré. En Rev. Histórica, vol. 29 (1966).

1997. "Los Franciscanos en el Perú en el siglo XX". Revista Peruana de Historia Eclesiástica nº 6, Cuzco, 123-142

1997 Cartas e informes sobre Ocopa y sus misiones / P. Francisco de San José, O.F.M. ; introducción del P. Julián Heras, O.F.M.  

1999. Tres siglos de presencia franciscana en el departamento de Áncash. Diócesis de Huaraz. Lima.

1999 Tres siglos de presencia franciscana en el departamento de Ancash /   

1999 Los franciscanos en el Oriente peruano / Julián Heras, O.F.M.  

1999 Descripción de la América Austral o reinos del Perú con particular noticia de lo hecho por los franciscanos en la evangelización de aquel país / ed. , O.F.M.   Por Cruz, Laureano de la, Fray

2000.  Tabla de clasificación de religión (200); adaptación de la Tabla de Melvil Dewey para bibliotecas ecelesiásticas. Biblioteca Nacional del Perú, Fondo editorial

.

2001 "Principales Archivos y Bibliotecas de la Orden Franciscana en el Perú" Revista Peruana de Historia Eclesiástica nº 7, Cuzco, 183-204

2001. "Los Franciscanos en la Universidad de San Marcos". En Revista Teológica Limense, 2001.

2001 Comienzos de las misiones de Ocopa (Perú), documentos inéditos para su historia 1724-1743 con introducción y notas / Julián Heras   

2003. Mons. Francisco de Sales Arrieta Ortiz (1768-1843) Revista Peruana de Historia Eclesiástica nº 8, Cuzco. 163-174

2004 Crónicas franciscanas de viaje : episodios pintorescos de Europa a América en los siglos XIX y XX .  

2005. Con Laura Gutiérrez Archivos franciscanos de Lima (Fundación Mapfre Tavera, Lima)

2005 Crónica de las misiones franciscanas del Perú, siglos XVII y XVIII / introducción Julián Heras Por Rodríguez Tena, Fernando.

2006. "Santo Toribio de Mogrovejo y los religiosos". Revista Peruana de Historia Eclesiástica nº 9, Cuzco Nº 9

2008. "El Padre Juan de Marimón, teólogo franciscano y fundador de la casa de ejercicios de los Descalzos (1733-1823)". Revista Peruana de Historia Eclesiástica nº 10, Cuzco 103-112

2008 editó una obra singular Provincia Misionera de San Francisco Solano del Perú (1908-2009), Convento de los Descalzos, Lima 2008, en la que además redactó los siguientes artículos: "El colegio seráfico de Anguciana (La Rioja) 1920-1970 pp47-52; "Misiones populares" 127-154; "Apostolado ordinario" 155-182; "Los conventos de la provincia, 1908-2008" 199-220; "Patrimonio histórico-artístico documental de nuestros conventos" 221-270



[1] Revista Histórica, Tomo 41, pp. 37-57. Lima 2002-2004

[2] Revista Histórica, Tomo 41, pp. 57-62. Lima 2002-2004

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